La culata, elemento de trabazón entre las partes antepuestas del disparo y el hombro del cazador, tiene que adaptarse a la conformación física de éste.

La culata es el elemento de trabazón entre los componentes del disparo (báscula, cañones y gatillo) y el hombro del cazador. Como la conformación anatómica cambia de un individuo a otro, la culata es la que tiene que adaptarse a las medidas del cazador.

Algunos minusvaloran esta parte de la escopeta. Dicen que es imposible pretender que un arma tenga en cuenta la conformación física del cazador, especialmente si está producida en serie. Es un error, ya que, aun cuando los constructores se basan en medidas promedio (que pueden ser válidas para muchos cazadores), no es el cazador el que se debe adaptar a la escopeta, sino al contrario: la escopeta debe adaptarse al cazador.

Cuando se encara el arma y se apoya la culata en el hombro, todo debe resultar fluido y natural. No en vano, en las armas más preciadas la culata se fabrica después de haber tomado las medidas de los brazos del cliente. Existen fábricas alemanas que, incluso, suministran las escopetas equipadas con dos cantoneras: una de mayor grosor para el verano, cuando se llevan prendas de vestir más ligeras, y otra más delgada para el invierno, adecuada para chaquetas y otras prendas de ropa más gruesas.

En la culata se distinguen los siguientes elementos: la longitud, la curvatura (también llamada caída) y la ventaja; su forma puede ser la de pistolet o la llamada inglesa.

La longitud

La longitud de la culata se mide desde el gatillo hasta el talón de la culata, que es la parte en la que se apoya el hombro. Generalmente dicha medida queda comprendida entre los 360 y los 365 mm; una medida que se ciñe a brazos “normales”, aunque sea inadecuada para quien tiene los brazos muy largos o muy cortos. En esos casos se encarga una culata a medida; igualmente se puede aplicar una pieza más gruesa de goma en la parte que entra en contacto con el hombro, denominada cantonera.  

La cantonera es un soporte de goma intercambiable que permita a la culata alcanzar la longitud adecuada

Existe una manera, si bien aproximada, para establecer la longitud “personal” de la culata: manteniendo la escopeta en posición vertical, y apoyándola en el centro del bíceps con el antebrazo doblado, el dedo índice de la mano debe corresponderse con el gatillo, sin forzamientos de ningún tipo. Cuando se ajusta de manera natural, es seguro que la escopeta elegida es la adecuada. Si el dedo encuentra alguna dificultad para tocar el gatillo, la culata es demasiado larga; si lo supera, es demasiado corta.

Cálculo empírico de la longitud de la culata

La curvatura vertical

La distancia existente entre la prolongación imaginaria de la solista y la línea superior de la culata se denomina curvatura vertical o caída. Se mide en dos puntos: en la cresta de la culata y en el talón. La caída media en el talón está comprendida entre los 50 y los 65 mm, mientras que la caída en la cresta es de 30-35 mm.

Cuando la curvatura es demasiado acentuada, el punto de fuerza de la escopeta, o centro de gravedad, se desplaza, con lo que en el momento del disparo los cañones del arma tienden a levantarse. Si la curvatura es poco evidente, el efecto es el contrario y la escopeta tiende a bascular hacia abajo.

Una curvatura adecuada permite que, al estar equilibrado el punto de fuerza respecto a la posición del arma y de los brazos que la sostienen apoyándola en el hombro, ésta se desplace hacia atrás por efecto del retroceso, sin modificar el alineamiento de los cañones y sin provocar desplazamientos hacia arriba o hacia abajo.

Con una culata demasiado recta, el tirador al encarar el arma ve los cañones en toda su extensión, mientras que si la culata presenta una curvatura excesiva, quien dispara no ve ni una mínima porción de los cañones.

No obstante, al cazar es aconsejable una curvatura modesta, por cuanto la mayoría de las veces en el momento del disparo el arma tiende a ir hacia arriba; una curvatura limitada tiende a contrastar y a corregir automáticamente esta tendencia.

La ventaja

La desviación lateral de la culata respecto a la línea del punto de mira y de la solista se denomina ventaja de la culata, aunque también es conocida como alabeo. Apoyando verticalmente la escopeta sobre el suelo y observándola desde arriba, se verá que la línea de los cañones no corresponde a la de la culata: esta desviación se denomina ventaja.

¿Por qué se imprime esta desviación? Porque el hombro  el ojo del tirador no se encuentran en la misma línea, por lo que es necesario que las distintas partes de la escopeta compensen ese desfase.

Normalmente la culata se aventaja hacia la derecha, o hacia la izquierda para los zurdos. 

Esta desviación –esencial, como se ha comentado, para la exactitud del tiro- está muy relacionada con la conformación física de quien dispare, pues el tirador no debe recostarse sobre la escopeta en un intento de alinear el ojo a la solista y a la línea de mira. Las escopetas producidas en serie tienen una culata con ventaja media, apta para las características de una amplia franja de tipologías humanas. Una desviación anómala crea siempre grandes dificultades en el tiro: quien dispara no logra alinear perfectamente el eje de la escopeta con el blanco, y si la ventaja es demasiado pronunciada, se producirá la tendencia a desplazar el cuerpo hacia la derecha.

Culata inglesa y pistolet

La diferencia entre estos dos tipos de culata no es solamente estética.

La culata inglesa, típica de las yuxtapuestas, además de conferir al arma una línea elegante y sobria, permite que la mano se desplace rápidamente y con naturalidad del primer gatillo al segundo.

La culata pistolet, en cambio, es usada normalmente en las superpuestas, en las semiautomáticas y en los rifles. Es más racional y adecuada para el monogatillo, presente en estas armas. Procura una empuñadura firme, evitando que la mano se desplace y permitiendo cualquier posibilidad de movimiento al dedo índice.

Carrilleras

Existen casos en los que se hace indispensable una perfecta adherencia entre el pómulo de quien dispara y la culata. Cuando, por ejemplo, se dispara con rifle o con escopetas de cañón rayado –armas que se usan para largas distancias-, cada milímetro de desplazamiento al apuntar corresponde, en la zona del blanco, a diferencias de gran relieve. En estos casos la carrilera de la culata adquiere un papel esencial, pues tiene la función de eliminar en lo posible cualquier quiebro o variación en la fase de disparo.

Los relieves efectuados en la talla de la madera de la culata permiten que el pómulo del cazador se coloque en el lugar adecuado al encarar la escopeta, sin dejar pasar siquiera el aire, situando la cara en la posición correcta y evitando contorsiones perjudiciales e inútiles.

Así, en el momento del disparo, ninguna vibración perjudicará la precisión del tiro.

La carrillera es muy importante en el rifle