La función que  desarrollan los cañones de la escopeta se comprende de inmediato: dirigir y proyectar los plomos cuando se produce el disparo. Aparte de este principio elemental, las variantes que entran en juego son múltiples.

El alcance efectivo de un arma de caza, o sea, la distancia dentro de la que es posible abatir un animal, está determinado por el tipo de cartucho, el calibre, la dimensión de los perdigones y el tipo de carga; pero, sobretodo, está condicionada por la longitud de los cañones y por el tipo de estrangulamiento o choke de la boca.

Por lo tanto, es natural que todos los esfuerzos tecnológicos de las empresas fabricantes de armas de caza se hayan concentrado en la última década en estos dos elementos; ese progreso tecnológico se realiza mediante materiales y procesos de ensamble cada vez más sofisticados.

Como resultado, se obtienen cañones perfectos, incluso en las escopetas producidas en serie; todo ello favorece la seguridad del arma, que debe ser el aspecto que más se ha de tener en cuenta.

Nomenclatura

El cañón de la escopeta es, simplificando al máximo, un tubo metálico insertado en la parte delantera del arma. Se puede dividir en dos partes esenciales: la zona de la boca de salida, en la parte anterior,  y la zona de la recámara, en la parte posterior, más próxima a la báscula. Dentro de la recámara, en el interior de la parte posterior del cañón, se produce la explosión después de la ignición y del encendido de la pólvora.

La boca de salida es la apertura anterior del cañón  por la que salen los perdigones. Obviamente, la recámara es la parte de la escopeta expuesta a mayor esfuerzo; por lo tanto, es también la más robusta. En casi todas las escopetas modernas tiene una longitud de 70 mm. 

El ánima es la parte interna del cañón. Su unión con la recámara se realiza a través de una juntura que puede ser cónica o recta; cuando esta juntura falta, las escopetas con cañones sin recámara se denominan “chamberless”.

La longitud de los cañones suele oscilar entre 65 y 75 cm o incluso sobrepasar esta cifra. Más adelante veremos qué significa en términos de tiro esta diferencia, nada despreciable. La sección de los cañones es cilíndrica y conserva su calibre hasta la boca de salida, donde se produce un estrechamiento que se denomina estrangulamiento o choke.

Finalmente, las espigas son elementos integrantes de los cierres del arma y se encuentran situadas en la parte externa inferior de los cañones, cerca de la báscula.

Alcance efectivo y alcance máximo

Refiriéndonos a los cañones, es necesario distinguir con claridad entre alcance efectivo y alcance máximo de una escopeta. Se trata de una diferencia de gran importancia, no solamente por los resultados que se quiera obtener cazando, sino también, y sobre todo, por la seguridad, que siempre debe ser prioritaria.

Por alcance efectivo se entiende la distancia dentro la que los perdigones pueden impactar todavía con fuerza apreciable. En el caso de las piezas de caza, se trata de los metros útiles para detenerlas y abatirlas.

El alcance efectivo de una escopeta está determinado, principalmente, por la longitud de los cañones y por el tipo de estrangulamiento

El alcance máximo es algo muy distinto, especialmente si nos referimos a disparos que puedan resultar peligrosos para la seguridad de las personas. Simplificando, se trata de la distancia máxima que pueden alcanzar los plomos de los cartuchos.

El alcance máximo, con los mismos parámetros, supera los 140 m; a dicha distancia, la fuerza de los perdigones todavía puede herir  gravemente al hombre. Si en lugar de perdigones son postas (de 5 mm), con angulaciones especialmente favorables, el alcance máximo puede superar el kilómetro.  

Cañones de ánima lisa y de ánima rayada

La diferencia más evidente entre los cañones de escopeta se encuentra en el ánima. Puede ser lisa, o sea, adecuada para disparar cartuchos de perdigones o postas, o rayada, es decir, exclusivamente adecuada para balas. Esta diferencia determina los diversos tipos de caza, que, según la elección del cañón, pueden ser muy distintos.

Por lo general, con las escopetas de ánima lisa se cazan pequeñas piezas de pluma o de pelo, casi exclusivamente en terrenos llanos o en zonas de colinas. Los escenarios en los que actúan las armas de ánima rayada, por el contrario, son la montaña o los ambientes en os que viven los grandes mamíferos, como el ciervo o el rebeco. Las armas con cañones de ánima rayada tienen un gran alcance máximo y a menudo están equipadas con mira telescópica.

Pero existe también una solución de compromiso: las escopetas “drilling”, que reúnen, en una misma arma, uno o dos cañones de ánima lisa con uno de ánima rayada. Se trata de espléndidas armas que son utilizadas por quienes, en una misma jornada y en un mismo ambiente, quieren realizar una caza mixta, de pequeños y grandes animales.

Los materiales

Dentro del sector de las armas, los materiales y la tecnología han dado pasos de gigante en nombre de la eficacia, pero también de la seguridad.

Una vez concluida la época del hierro, del damasco y de los procedimientos en cinta, se ha llegado finalmente al acero.

El recorrido, a lo largo de siglos, no ha sido fácil: los partidarios del damasco eran reacios a dejar de lado su mayor duración (y elegancia) con respecto al acero; pero la posibilidad de éste para realizar producciones en serie y la indiscutible resistencia estructural han terminado por imponerse.

Hoy por hoy, está universalmente aceptado que cualquier tipo de acero es más válido que el más fino de los damascos, aunque quizá más frío e impersonal. Naturalmente, para la construcción de las escopetas no se utiliza acero puro, sino tratado mediante aleaciones, en porcentajes más o menos altos, de otros metales y materiales compuestos.

En los procesos de trabajo y de diseño, se utilizan ampliamente hoy día los ordenadores. De esta manera, la tecnología, junto con la óptima calidad del acero utilizado (incluso en las armas producidas en serie), ponen a disposición de los cazadores cañones de calidad superior. A pesar de esto, el rendimiento balístico y la distribución uniforme de los perdigones sobre el blanco dependen en gran parte de las dimensiones del estrangulamiento. 

Longitud y velocidad

Según una creencia muy difundida, cuanto mayor es la longitud de los cañones, mayor es la velocidad que se imprime a los perdigones. Se dice que una escopeta de cañones largos dispara más distancia. Esto es inexacto, incluso prescindiendo del tipo de pólvora (la negra de otros tiempos o la actual nitro) y de la carga del cartucho.

En realidad, la velocidad de salida de los plomos de un cañón liso está exclusivamente en función del estrangulamiento, sin que tenga ninguna relación con la longitud del cañón. Veamos un ejemplo sencillo: un cañón de 65 cm tiene un alcance efectivo mayor que un cañón de 75 cm con un estrangulamiento inferior. Con el mismo estrangulamiento, el alcance efectivo presenta valores similares.

Por lo tanto, en la elección de una escopeta se debe tener en cuenta el siguiente criterio: primar la mayor manejabilidad que ofrece una escopeta de cañones “normales”, antes de dejarse seducir por las supuestas ventajas de los cañones largos.

Estrangulamientos

Los valores de los estrangulamientos –es decir, la diferencia entre el diámetro de los cañones y el de sus respectivas bocas de salida- de las escopetas modernas de caza están unificados; su identificación se da a través de asteriscos (o estrellas) grabadas en los cañones, cerca de la recámara. Una estrella (full choke o estrangulamiento pleno) significa de 9 a 11 décimas de milímetro; dos estrellas (3/4 de choke), de 8 9 décimas; tres estrellas (cilíndrico perfeccionado), equivale a tener de 1 a 2 décimas.