MONTERÍA FINCA LAS PERDIGUERAS, 20 DE NOVIEMBRE DE 2010
(ARMADA: LA ABUBILLA  - PUESTO: 10)

El sábado 20 de Noviembre de 2010 monteamos la finca de “Las Perdigueras”, la primera de las dos monterías que se van a celebrar en esta finca. Esta finca se encuentra en la provincia de Ciudad Real, pero lindando con un pueblo de Córdoba que se llama Santa Eufemia. Tenía ganas de volver a montear en esta finca, pues el año pasado solo pude montear una vez. Vamos al tema.
A las 5:30 salí de Málaga con mi padre rumbo Santa Eufemia, a donde llegamos cerca de las 8:30. Allí tiene lugar el sorteo y el desayuno. Después de saludar a los amigos y sortear los puestos, nos comimos el habitual plato de migas con huevo frito.

En el sorteo nos tocó el puesto número 10 de la armada de La Abubilla, una huida preciosa. A priori muy buen puesto. El inconveniente era que el día anterior había llovido bastante. Y esa misma mañana empezó a llover al poco de iniciar el desayuno. Viento y agua. El resultado de la armada iba a ser, por tanto, una incertidumbre total.
Tocó el turno de salida de nuestra armada, no paraba de llover. El postor se colocó en un Land Rover delante y nos dirigimos hacia los puestos. Teníamos que cerrar rápido la mancha. Íbamos rápido hasta que llegamos a un río que debíamos cruzar y en el que varios coches de la armada que salió delante nuestra se quedaron clavados y no eran capaces de atravesar. Había bastante barro formado. Un Audi Q7 se las vio negra para salir de allí, al igual que otros vehículos. Nosotros con el Mitsubishi Montero superamos la prueba con nota. Este incidente nos retrasó más de la cuenta. A todo esto no paraba de llover.

Dejamos los coches en un punto. El resto había que hacerlo a pie. Por el filo de un arroyo y atravesando un sembrado. No veas. Los pies se nos hundían en el barro. Menos mal que íabamos bien pertrechados con nuestros chubasqueros y pantalones impermeables que me puse encima de la ropa.

Llegamos al puesto, muy bonito. En frente el tiradero, en un claro entre las jaras, a unos 100 metros. Las reses rompían de frente y desde la izquierda, saliéndose de la mancha hacia los sembrados que teníamos detrás.

Se sueltan los perros, y cuando pasan por delante nuestra, levantan un vareto que teníamos encamado justo en las jaras de delante nuestra. Atravesó el claro y se metió prácticamente encima de nosotros. El mismo camino tomaron durante la mañana 2 varetos más y 6 ó 7 ciervas. Nos pasaban al ladito. Lástima que no entró ningún venado. También vimos un cuarto vareto que se recorrió nuestro tiradero muy despacito, incluso se quedó parado mirando hacia nosotros. Estábamos venteando un poco y le dio el aire. Por cierto, los 4 varetos que vimos tenían unas varas enormes. Pueden llegar a ser venados muy bonitos. A media mañana escuché una ladra en el cerro de enfrente. Un cerro muy espeso de jaras y encinas. Noto que lo que fuera se viene acercando a nosotros. Pasa a nuestra izquierda pero no somos capaces de ver qué era. Muy tapado por las jaras, imposible verlo. A los segundos, pum pum dos tiros del puesto de al lado. Después nos enteramos que era un cochino enorme y que se fue herido. Los perros estuvieron cerca de una hora enrreados con el guarro. Lástima que no nos entrara.

Cuando la montería terminaba, se abrió el cielo y dejó de llover. Vimos unas cuantas ciervas más. Pero ni rastro de venados ni cochinos.
En torno a las tres nos recogió el postor y nos fuimos a la comida. Allí había ya varias reses. Algunas ciervas que podían cazar determinados puestos (los más cercanos a los carriles, por aquello de la facilidad de sacarlas del monte) y un par de jabalíes.
Uno de los jabalíes abatido en el puesto número 1 de la armada del Boquerón por Santiago Caballero, un joven montero que viene empujando fuerte. Da gusto ver gente joven aficionada a la caza.

Durante la comida se conoció el caso de un montero que había reventado el cañón de su escopeta. Según nos contó le ocurrió al tirar a un venado que le había entrado. Fue en el segundo tiro que hizo al venado. Por lo visto la bala del primer tiro se quedó atascada en el cañón y la bala del segundo tiro hizo que el cañón reventara a la altura del final del guardamano. Un accidente que no llegó a mayores de puro milagro.

Al marcharnos de la finca, había ya 4 venados muy bonitos, una cierva albina y un cochino con boca, abatido por el montero Antonio Manuel. Teniendo en cuenta los tiros que se pegaron durante todo el día los resultados tuvieron que ser muy satisfactorios. En cuanto disponga del resultado final de la montería informaré sobre ellos.

La próxima montería, el 15 de enero del 2011. Allí estaremos para contarlo, Dios mediante.

Saludos a todos y buenos lances!!