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Montería en Carboneras

Montería en Carboneras

Enviado por Tuslances.com el 19-10-2009

Montería en Carboneras, 8 de la traviesa del almendro. Buenas a todos, el sábado con muchas ganas de campo y de ver bichos, y aprovechando la ocasión para enseñar a mi parienta lo que era una montería, partimos desde Málaga dirección Sierra Morena a las 5.00 de la mañana. La mancha era Carboneras, situada en pleno corazón de Sierra Morena, en el límite norte de la Sierra de Hornachuelos, en dos horas y media llegábamos a la junta en el pequeño pueblo de Cardenchosa.
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Montería en Carboneras, 8 de la traviesa del almendro.

Buenas a todos, el sábado con muchas ganas de campo y de ver bichos, y aprovechando la ocasión para enseñar a mi parienta lo que era una montería, partimos desde Málaga dirección Sierra Morena a las 5.00 de la mañana. La mancha era Carboneras, situada en pleno corazón de Sierra Morena, en el límite norte de la Sierra de Hornachuelos, en dos horas y media llegábamos a la junta en el pequeño pueblo de Cardenchosa.

La montería, organizada por Cinegética Malagueña empezaba bien temprano; el sorteo, para ahorrar tiempo en la mañana, se había realizado la noche anterior en el cercano pueblo de Peñarrolla, la suerte ya estaba echada y no pudimos tomar imágenes de éste.

Nada más llegar y con un hambre de justicia, nos metimos un buen plato de migas con huevo, chorizo y torreznos, junto con un café con leche y de postre una copita de anís del mono para digerir… (a alguno que otro le pasó factura en el transcurso de la mañana)

Se notaban los nervios desde primera hora, el que más nuestro gran amigo “El Cura”, Ventura Soriano,  uno de los organizadores con más solera en toda Sierra Morena. La mancha “estaba muy buena”, en todos los corrillos tras el desayuno se comentaba lo mismo, los guardas habían visto algunos buenos venaos  y varios guarros que como saliesen en la montería harían temblar a más de uno.

Con relativas prisas, se iban formando las armadas de cierre en la carretera, todo esto con las primeras luces, había que cerrar la mancha temprano para pillar a las reses dentro, así que a las 7.50 salía la armada de “La Vaquera” para cerrar la linde de los Azahares, principal huida por naturaleza de los bichos. Los gritos de “Juani”, gran amigo y sombra del “Cura” en todas y cada una de la monterías que organizan, se sucedían con el afán de que todo saliese perfecto, las armadas se iban montando con rapidez y junto con los postores iban camino de la finca para colocar a los monteros en sus puestos. El día se presentaba  azul radiante, con una brisita muy suave de poniente, buena temperatura y muchas ganas.

Mi intención era situarnos en una zona de la finca donde divisar la montería y poder ir explicándole las cosas a mi “little parient” Marina, mi sorpresa fue que uno de nuestros amigos de siempre, iba solo al puesto y nos ofreció que fuésemos con él al puesto y así Marina podría ver la montería desde dentro, desde un puesto, le había tocado el 8 de la Traviesa del Almendro, última salida de armadas y situada en pleno centro de la finca, el puesto apuntaba maneras. El tiempo de espera en la junta hasta que salimos se hizo interminable, como un niño chico el primer día de cole, teníamos unas ganas bárbaras de oler el campo, aunque rápido nos subimos en el coche y nos dirigimos a la finca, todas las armadas y traviesas habían salido.

El puesto era muy bonito, abierto, con tiradero corto a nuestra izquierda y largo a la derecha, un tanto difícil el tiro largo porque estaba bastante cerrado el monte y había que tener los ojos bien abiertos y aprovechar los cuatro claretes que había, el tiradero corto eran unas lomitas limpias.


Nada más ponernos y situarnos bajo la encina que sostenía la tablilla del puesto, empezaron a entrar reses, muchos varetos y horquillones, ciervas y algún que otro venao pequeño, el puesto estaba cumpliendo. Los tropeles de reses se sucedían, poniéndonos el corazón a tres mil por hora, Marina no sabía donde mirar, pero se le veía una cara de ilusión que “justificaba el madrugón”, como me confesó tras la montería.

Las cuerdas de reses venían de todas direcciones, pero la mayoría iba camino de los pinos y de la linde de los Azahares. Se podía tirar venao, cochino y ciervas (4 por puesto) este año era necesario hacer descaste por la superpoblación que existe y el problema que hay con la consanguinidad y la poca comida que hay, aunque no nos guste tenemos que colaborar con la gestión cinegética. Con estas abatimos una cierva grande y vieja con un impresionante tiro a la carrera.

Al momento otro de los tropeles nos sorprende por unos llanos que teníamos a nuestra espalda…. Cierva, cierva, cierva, el siguiente un vareto y detrás el venao, nada más salir detrás de una encina y corriendo a unos 100m. , Fernando con un certero disparo con su 7mm lo engancha un pelín trasero, pero hace que el venao se quede parado de pie… al momento y tras enfriarse un poco el tiro quedaba en el sitio. El puesto había cumpliendo, hasta el momento un venao y una cierva.

El resto de la mañana fue entretenida, teníamos visibilidad y podíamos ver el trabajo de los perros, llegué a ver a lo lejos un guarro de buen tamaño que saltó hacia la linde, pero demasiado lejos para poder arrearle aunque estaba en nuestro tiradero. La pena es que no ha llovido nada y el campo estaba muy seco, aunque eso hacía mas espectacular una el correr de las reses, la jara crujía como patatas fritas. Cuando pasaron los perros se notaba la fatiga por el calor y la falta de forma de principios de temporada, alguno llegaba con siete metros de lengua.

El resultado de nuestra traviesa fueron 14 reses entre 8 puestos, buena media, una mañana muy entretenida, de no parar de ver reses y muchas risas e ilusión por nuestra nueva “proyecto de montera”.

El postor vino a recogernos a eso de las tres de la tarde, las migas las teníamos por los tobillos y el cuerpo pedía comida. Cuando llegamos a la junta en una de las casas que hay en el centro de la finca, pudimos llenarnos el buche y disfrutar con las historias de cada uno.

Al partir rumbo a Málaga había unas 40 reses en el mantel. El Resultado final han sido 123 Venados - 4 Jabalíes - 92 Ciervas

La vuelta la hicimos por la carretera que atraviesa la sierra y todo el Parque de la Sierra de Hornachuelos, mi zona de caza habitual, que como no se ha dado ninguna montería aun (empezamos en noviembre) nos inflamos de ver animales. Entramos por Torilejos dejando el Carrasco a la izquierda dónde nos topamos con un 16 puntas precioso y un poco más adelante varios venaitos “monos” y muchísimos varetos. Pasamos por La Muela, Pedrejón, Pilar de la Alta, Villares y Parrillas, el Gitano, San Calixto, El Asiento, Escamillas, Mosqueros, Cabalgaderos, …. En fin, fincas de toda la vida, de tradición montera donde las haya que me hacen sentir algo especial cuando campo por ellas aunque sea cámara en mano.


Por contra me despido con una foto de la aberración mayor que tiene esta sierra que es el cementerio nuclear de El Cabril.

Un saludo y buenos lances.

Miguelito

19 de Octubre de 2009.

 


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