Como cazadores somos capaces de recorrer cientos de kilómetros en busca de caza. Nos mueven distintas razones para ello. Para algunos de nosotros, es la manera, proporcionar a la carne para nuestras familias saludable y ecológica. Otros lo hacen por el puro disfrute y la emoción de la caza. Muchos de nosotros, lo hacemos con la conservación en mente. En última instancia, sin embargo, la gran mayoría de nosotros probablemente lo hacemos por todas estas razones combinadas.

Cuando se caza, es importante recordar que hay un propósito detrás. Es raro encontrar cazadores que maten de forma inútil, sin un propósito, ya que la gran mayoría de los cazadores tienen un enfoque responsable y ético. Un ejemplo de un cazador de este tipo es la hermana de John Paul Bauer, una monja benedictina de Santa María, Pensilvania. Después de su reciente cacería, compartió una foto de su cacería. Echo que provocó desaprobación y revuelo en Internet.

¿Por qué?

Ella es el foco de la ira y comentarios despectivos al respecto. Este animal ha sido cazado de forma responsable y como control de población, con los permisos y los precintos perceptivos. Un animal que se le va a ir a un buen uso, ya que la carne será compartida con familias necesitadas de la zona.

Ella considera ser una tradición personal. A sus 60 años, ha invertido mucho tiempo en sus propias excursiones de caza, después de crecer en una familia donde sus hermanos y su padre eran cazadores regulares. Su motivación como cazadora es la conservación, parte esencial, para mantener la población de ciervos bajo control.

Cuando se levanta coge su Winchester 30-30 y junto con sus compañeros de caza se aposta con calma. No aprieta el gatillo de forma precipitada sobre cualquier cosa que se mueva. En cambio, se basa en la experiencia, tras 15 años como cazadora, disparando únicamente sobre un animal selectivo.

Los lunes se incorpora a las clases en el condado de Elk, en la Catholic High School, donde enseña teología.

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