Bueno, bueno, lo primero Ángel Mari y Milano, daros las gracias por vuestra generosidad. Me vais a sonrojar cabroncetes. Tenéis mi admiración y mi respeto igualmente.
Y aquí no tenemos cigüeñas, vaya, y por lo que os leo, me alegro. Y tenéis razón, porque he visto algún vídeo por internet de cómo actúan las cigueñas con las polladas de perdices y da verdadera lástima. Las van persiguiendo a picotazos hasta que acaban con ellas. En uno, creo recordar, la madre, la perdiz, revoloteaba en torno a las cigüeñas y de nada le sirvió. Iban por el barbecho en mano, con precisión militar. No dejaron ni una. En cambio, garcillas, como dice Milano, si que hay. Y cuando labran, están atentas, que no sé cómo coño se comunican, pero ya las ves llegando y colocándose detrás para aprovechar la faena del tractor. Urracas, alguna se ve, muy pocas. La temporada pasada, recomendé un par de ellas a San Pedro. Cuervos nada, y grajas, algunas, pero me da que de paso. En el coto no tienen su cuartel general, por suerte para ellas. Y la tal perfección de la Naturaleza, en la mayoría de casos, se torna cruel e inmisericorde. No tiene compasión. No respeta la vulnerabilidad de las especies más débiles ni sus momentos más críticos. Y aquí es donde debe entrar nuestra capacidad para regular ésta balanza. Así lo veo yo, ésto es, buscar, encontrar y reponer ése equilibrio que beneficia a todo ser viviente en el campo. Y si no lo hacemos nosotros, ya sabemos lo que ocurre siempre, y no es agradable por más que los ignorantes de turno, animalistas y politicuchos del odio hacia la caza y el entorno rural, sus costumbres y tradiciones, digan lo contrario. Sólo los mueve el odio. Pasamos de ellos. No merece la pena.
Estoy de acuerdo con vosotros en que haya que proteger la tórtola. Es verdad, aunque hay sitios donde da la impresión que el tiempo se detuvo hace muchos años. Posiblemente, el cambio de cultivos en muchos sitios sea el responsable de su poca presencia. En cambio, por ejemplo, todo el campo de Cartagena, por sus características, ha sido y sigue siendo, un criadero espectacular de tórtolas. Estoy convencido. Tiradas, donde te podrías asegurar un cajón por día. Fijo. Yo las viví. Hace ya lo menos 23 años, tenía 6 días, jueves, sábado y domingo, por 2 semanas, en un sitio, invitado por unos favores, y me dieron una tarjeta. Y no pude acabar el domingo de la primera semana por culpa del hombro. Así era. Y nos íbamos molidos, créeme. Eran otros tiempos. Pero pasaba que volvías a otro día, y no veías ni recelos ni que menguaran los pájaros. Así era.
El año pasado, la gocé bien un rato. Fuimos a comer a una finca y en un ratito, nos hicimos unas cuantas, para el viejo, familiar nuestro, y no veas cómo entraban y no paraban, todo el puto día entrando a unos almendros jóvenes. Y es que, el cabrón del abuelo, las tenía cebadas, claro, junto a la balsa, y poder vender algún puestecico por allí y sacarse unas perricas. Joder. Cómo se puso cuando le llevamos las tórtolas. Decía, cabrones, vaya mierda cazadores sois. 2 docenas na más, zagales ? Abuelo, no me joda. Qué quiere, que nos encierren ? No hay pa más. Y decía : no paran de entrar tos los días hijo, éste año están a puñaos, cómo hacía tiempo. En fin, vamos a dejarlo ahí, así.
Pues eso. Cómo se nota que estoy en el pueblo, eh ? Pues sí. Estoy a gusto.
Ángel Mari, es una suerte tener el campo y el monte que tenemos en nuestro término, en nuestro pueblo. No se puede pedir más. Dios ha sido generoso con nosotros. Y luego, aquí, pues hay mucha gente que tiene su negocio y su trabajo fijo en el pueblo. La mayoría autónomos, como yo. Y pasa, que con la edad, ya brincados el medio siglo, pues los hijos van ocupando el espacio de los padres en los negocios o en los trabajos, gracias a Dios, y nos van dejando a un lado, nos echan de su nuevo territorio, con buenas palabras, pero nos echan, con buenas palabras como : papá, no seas pesado, papá, que me dejes, papá, de verdad, no hace falta que vengas tos los días, papá te quieres dar una vuelta con tus amigos por el bar, que no se lo digo a la mamá, y os entretenemos y os vais al monte. No te jode.
Ya te digo. Los tontos del pijo. Ahora, todo por ordenador, todo con mierdas de ésas modernas, que ya no tienes que ir al banco a ver una letra devuelta o un pagaré, o si es una letra de pelota y te ibas a comer con el tío, pa que te diera la mitad de las perras y el resto, con intereses, el tipo dependía de quién pagase la comida, y el resto, pa dentro de 3 meses, en otra letra. El tipo, no la persona, el tipo era el tipo de interés, más o menos, dependiendo de quien fuese el tipo, ésta vez sí, el hombre en cuestión. Joer, qué tiempos.
Pues a lo de antes. Como ya vamos teniendo bastante tiempo libre, con permiso de las mujeres, que no es poco toro que lidiar, pues eso, se van agrupando los amigos, todos con la misma afición, y por orgullo lo primero y por la satisfacción lo segundo, pues se dedican muchos días y muchas semanas y muchos meses, todos, a cuidar el coto. Ésto es la Ostia, de verdad. Ya de por sí, las 6000 y pico de Has., muy bien emparejadas por la Naturaleza, van acordes con el trabajo que se hace. Un buen puñado de cabronazos, que saben lo que se hacen, porque han nacido ahí y lo conocen ya todo, y porque pa eso es nuestro pueblo y nuestro coto, NUESTRO NUESTRO, pues eso, que no falta de na. Así va la cosa. Y muy agradecidos a tener salud pa poder hacer todas estas cosas. Otra vez ha vuelto a llover agua bendita. Cómo está el monte Dios, todo verde. Y el campo, precioso. El mosaico, sólo con verlo, merece la pena. Es un privilegio, de verdad. Pero hay muchos pueblos en nuestra situación, buenos terrenos coño, sólo falta eso, que un puñado de románticos hagan unos buenos estatutos y tiren palante. Que sí, que es fácil. Aquí, hay gente que ya casi no trabajan. Y pillan, se juntan 2 o 3 y se suben por gusto, necesidad y la obligación del cariño al Coto, y se recorren un buen cacho y comentan cómo lo ven. Y se siembra, o se ponen comederos o lo que sea. Así va. A las 7, en el monte. A las 11, a almorsar. Así. Bendito trabajo. Pues eso.
Y yo, no puedo que desearos lo mejor, coño, a Milano, a Ángel Mari y a todos. Es nuestra pasión. O no ? Sólo nos falta la cercanía de tener nuestro coto y nuestros colegas de toda la vida. Todos a una. Yo, a estos hijoputas, los conozco desde los 10 años, o sea, casi 50 años tratando con estos delincuentes, que hoy me han hecho pagar 2 rondas de brugales. Y mi compadre me dice : Enga cabronaso, arrascate el bolsillo, y lo a gusto que los pagas después de ver las parejas de perdices que has visto ? Qué hijoputa. Que Dios me los respete muchos años. A todos. A los 5 de la cuadrilla, a veces 6, a veces 4.
Y bueno, pues de perdices y conejos, va la cosa muy bien. Otras especies, nada. La pobre liebre, desaparecida. Tórtolas y torcaces, se ven, aunque lo que cuento de las tórtolas, es en otro cazadero, al cual, no volveré, porque las buenas perchas se hacían antes, no ahora, como digo, por el cupo que hay, aunque se sigan viendo bastantes como para pasar un muy buen día. La media veda, es a torcaces, en el noroeste de la Región, arriba, 2 sitios ya vistos y apalabrados, y en Ciudad Real, todavía por decidir, porque he visto una cosa en Albacete que me da buenas vibraciones, sí, éstos son nuestros cuarteles de media veda.
Y nada, pues eso.
Mañana, vamos a sacar un rato los perros y a adecentar y limpiar las perreras.
Buenas noches.
Un abrazo.
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