Espi en esto del reclamo, y más algo tan subjetivo como el celo, cada maestrillo tiene su librillo. Unos ponen al reclamo hecho un Nacho Vidal, y cuando lleva 2 dÃas abierta la veda te están preguntando qué pueden hacer para cortar el pelecho de su reclamo, que se ha puesto a mudar de buenas a primeras. Otros que no saques al pájaro mientras no haya celo en el campo. Hay muchas teorÃas y discrepancias, y mi conclusión después de los muchos puestos a los que he ido con mi padre, y los menos, ya cazando sólo, es que al reclamo no hay que hacerle una revolución dietética o de horas de luz para que cambie su actitud o estado. Me explico.
Durante todo el año, mi padre y yo mantenemos la costumbre de echarles a los pájaros el revuelto que lleva pienso de mantenimiento, pipas, trigo, cañamón,garbanzo, maÃz... Y aparte, según la época, cada 3 o 4 dÃas diversas "golosinas" por asà decirlo. En verano lechuga, cabezas de pimiento, cebolla, pepino... Y en invierno cerrajas, hojas de rábano, almendras, bellotas, garbanzos remojados... Prácticamente con eso considero que el pájaro va que chuta, no soy partidario de cambiarle al reclamo la alimentación de golpe a porrazo, incluso me gusta intercalarle las golosinas de invierno y verano antes que cambiar de unas a otras drásticamente.
No me vale que un pájaro llegue a principios de la veda hecho un miura, dando de pie como un loco y peleándose hasta con su sombra, cuando generalmente las perdices suelen estar aún frÃas y calladas, y luego cuando llegue el momento de la verdad si no se ha echado ya a pelechar esté pasado de celo, y tú, con un palmo de narices.
En cualquier caso no te limites a hacer puestos cuando están buenas de celo, también con poco celo a un buen reclamo le sobra para traerte alguna pareja a plaza, y para mi estos puestos son muy válidos como "pretemporada" para los reclamos antes de que llegue el momento culmen del celo.
En este sentido, considero que el pájaro adopta el grado de celo saliendo al campo. Pero haciendo las cosas con cabeza. Si por ejemplo se te plantea que las perdices están calladas y hay poco o ningún celo, comienza sacando a los reclamos más veteranos y menos delicados. Si acaso, también algún puesto a alguno de los jóvenes, pero en ningún caso a un pollo. Salvo que tengas la opción de ir a cazar todos los dÃas, con sacar a los más hechos te basta para cubrir los puestos que puedas dar en esa primera etapa.
Conforme vayas apreciando que las perdices están mas belicosas, cantan más y empiezan a acudir a la pelea, ve sacando con más asiduidad a los jóvenes. Los más veteranos tendrán un buen grado de celo y los jóvenes, con un par de puestos o tres les basta para ponerse a la altura del celo de las del campo. A partir de ahà intercalas jóvenes y veteranos, y cuando aprecies que las perdices están más enceladas (ojo, cuando más dispuestas a entrar se muestran, no cuando más cantan. Cuando cantan mucho y no vienen es sÃntoma de pasadas de celo) si quieres sacar a un pollo, puedes hacerlo con más opciones de éxito, y si tiraste un macho hace poco y sabes que la viuda anda cerca, cambiándole el sitio del puesto puedes asegurarte de que el pollo si lo hace bien recibirá su primera buena lección.
Es el consejo que te puedo dar, pues no creo en los milagros mediante la comida y dejarle la luz encendida por la noche a los reclamos, esto nos lleva a un celo muy pasajero y encima no suele concordar con el celo de las campesinas. y si le echaras unas dosis extra de cañamón, alpiste o alimento más energético, que sea gradualmente, muy poco a poco y sin inflar al pájaro pues el efecto va a ser el mismo que el de meterle el pienso de alta energÃa de sopetón.
Un saludo.
PD: Lo que comenta Cuquillera de maullar a principios de celo no lo he escuchado nunca, y no recuerdo escuchar a mis reclamos maullar hasta que se pasaban de celo, lo que sà te puedo afirmar es que la casa es un mundo y el campo, otro. Ni te ilusiones del cantarÃn del balcón ni te creas que el que está ahà calladito va a ser menos que otros en el tanto.
"Y sin hacer de la mentira bandera, tienes que saber que hay mucha gente que ni sabe, ni quiere, ni está preparada para la verdad, y sin mentir, hay veces que omitir la verdad es lo más conveniente.. ." RUBIO
Muchos cazadores hemos dedicado nuestro tiempo y esfuerzo y hemos dicho cada cosa de las perdices que si se enteraran nuestras mujeres nos reprocharÃan como la Celsa al Juan Gualberto, El Barbas: «¿Puede saberse qué tienen las perdices que no tenga yo?» Miguel Delibes