El Consell Insular de Formentera, a través del área de Agricultura, Pesca y Caza está preparando un campaña para reducir la presencia de palomas torcaces por los serios daños que producen en los cultivos, especialmente en las viñas, en los huertos y en las higueras.

La principal medida que baraja el Consell es la de emitir una autorización especial, de media veda, para cazar y ahuyentar a esta especie. En principio la autorización será para 4 o 5 días en la primera quincena del mes de agosto. La paloma torcaz es un ave establecida en Formentera a la que se suman numerosos ejemplares migratorios que vienen en época estival.

Vista de un viñedo en la zona de la Mola de Formentera. AISHA BONET

El secretario de la Asociación de cazadores de la Mola, Juan Ferrer, explicó que estes aves se alimentan primero de cereales, para luego pasar a la uva y a las legumbres de los huertos. En concreto la falta de agua está haciendo que estas aves estén atacando por estas fechas las viñas produciendo serios perjuicios a los viticultores. Juan Ferrer explicó que el pasado año también hubo «plaga» pero menos acusada que este año. Como ejemplo del daño que pueden llegar a hacer en una viña explicó; «En 2013 conseguí hacer 1.400 litros de vino y el pasado año solo han sido 90 litros, la diferencia es importante».

De hecho, los agricultores, las dos bodegas de la isla y los cazadores se reunieron el pasado viernes con el Consell, que autorizó la operación quedando también fijadas las pautas a la hora de participar en las batidas previstas.

Juan Ferrer explica que los sistemas disuasorios que existen, desde cañones de sonido a reproducciones de rapaces a la largo son ineficaces porque las palomas de acostumbran a ellos. Este cazador explica que «la paloma torcaz es una especie que prolifera y es oportunista». Además, la paloma torcaz saca casi siempre sus pollos adelante y en estos momentos se está observando que está haciendo dos y tres puestas al año.

Ferrer explica que esta campaña es de control y debe realizarse entre el tiempo que media entre el periodo de cría y el que madura el primer grano de uva.

Además, el cazador asegura que esta campaña se debe realizar con «mucho tacto» y que se centrará sobre todo en la Mola, en es Cap de Barbaria y en Porto-Salé.

Apuntó que lo primero que se tendrá que hacer es poner unos bebederos para que las palomas vayan acudiendo a esas zonas. Ademas solo se realizará el control en los cotos de caza de las mencionadas zonas, quedando excluido el resto del territorio. Lo que significa que en Migjorn y cerca de Sant Francesc no se podrá actuar.

La idea es montar puestos en el entorno de las viñas, cada uno de ellos debe contar con la autorización del propietario por escrito y a la vez todo estará supervisado por el club de cazadores que gestione el correspondiente coto. Luego se marcarán unos puestos concretos, se convocará a los cazadores interesados en participar en ese control y se sortearán los puestos. Los cazadores no podrán moverse del lugar asignado.

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