En noviembre la Guardia Civil detuvo a unos furtivos que transportaban 500 kilos de peces

La presidenta de la Sociedad Deportiva de Pesca de Caspe, Luisa Serra, es tajante: “En este pantano, si no se toman medidas, en un año no queda nada”. Ella habla en nombre de los 200 socios que la componen siendo la más grande y antigua agrupación de pescadores del municipio que data de 1954 y que lidera esta mujer desde hace 12 años. Está convencida de que la caza furtiva que se practica de manera indiscriminada en el embalse de Mequinenza, más conocido como Mar de Aragón, esta siendo fulminante para su fauna. 

Y para muestra un botón. Asegura esta gran conocedora del lugar desde hace décadas que el drástico descenso de capturas de una competición deportiva de la modalidad “carpfishing” que realizan anualmente desde hace tres años es muy sospechoso. Contando con un número similar de participantes, el primer año capturaron 4.000 kilos, el segundo más de 2.000 kilos y el tercero se ha quedado en 1.000 kilos. Una reducción “muy brusca” según Serra, lo que augura un futuro negro si no se toman medidas pronto. 

Y es que, los pescadores furtivos llevan mucho tiempo campando a sus anchas por este embalse. Y lo peor es que en los últimos años se han profesionalizado, siendo auténticas bandas perfectamente organizadas que montan campamentos y realizan hogueras para estar varios días sacando ingentes cantidades de peces que luego exportan a otros países. “Esto es el oeste”, asegura Serra. 

Han sido muchas las incautaciones, pero son solo la punta del iceberg de los delitos cometidos allí. La última vez, el pasado 15 de noviembre, la Guardia Civil detuvo a varios furtivos. Eran tres hombres de nacionalidad rumana que transportaban 500 kilos de carpas, siluros y lucios para su posterior exportación a Rumanía.

Los peces incautados en noviembre se iban a exportar a Rumanía

La gota que colma el vaso

El pasado mes de agosto ocurrió un hecho que pudo ser la gota que colmó el vaso e hizo reaccionar a la Administración aragonesa. Esa es la opinión de Serra que lo vivió en primera persona. Unos pescadores le dieron el aviso de que habían tenido problemas con unos furtivos en un punto del embalse. Tras avisar a la Guardia Civil, Serra junto a varios agentes se acercaron a la zona. Llegaron al lugar a las 10.00 horas y no dejaron de sacar redes hasta las 17.00 horas. Un total de ocho kilómetros de redes que dejaron perplejos a los que colaboraron en su retirada. 

Para poder hacerse una idea de lo inaudito de esta macro red encontrada conviene recordar que en 2013 se extrajeron y eliminaron 46 tramos de redes y cada una tenía una longitud mínima de unos 50 metros lineales, aunque en algunas ocasiones fueron longitudes superiores a los 100 metros. 

Durante las horas que Serra pasó en el lago ese día muchos pensamientos inundaron su cabeza. En un primer momento, ganas de gritar de rabia y de expresar su indignación a los cuatro vientos para que todo el mundo sepa la injusticia que está ocurriendo en este lugar. Pero más tarde “llegué a plantearme si esta noticia iba a perjudicar el nombre de Caspe, la comarca y la imagen del Mar de Aragón”, como guinda de un pastel que lleva mucho tiempo podrido. 

Sin embargo, Serra quedó sorprendida por la positiva reacción que hubo tras la publicación del hecho delictivo. Centenares de pescadores a través de redes sociales, teléfono o email de diversas partes del mundo les dieron las gracias por la labor realizada y sacarlo a la luz. “El movimiento que hubo ese mes fue impresionante, con gente de todo el mundo reclamando que esto no puede ocurrir”, destaca Serra. 

Y también cuenta una anécdota muy peculiar que ocurrió ese día. Unos pescadores italianos que se encontraban en el Mar de Aragón ese día, al enterarse del asunto, se personaron en el cuartel de la Guardia Civil y no podían contener las lágrimas. “Nos explicaron que el problema que tenemos ahora les pasó a ellos en el río Po y se han quedado sin peces. Nos insistían en que no dejemos de actuar para evitarlo y nos ofrecieron su ayuda”, asegura Serra, quien recalca que ahora continúan manteniendo relación con estas personas. 

A raíz de ese episodio que les convirtió en protagonistas de los medios al día siguiente, Serra, como presidenta de la Asociación Deportiva de Caspe y participante en los hechos, se reunió con el consejero de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, Modesto Lobón, al que enseñó decenas de fotos tomadas ese día, además de explicarle la impotencia y la rabia sentida ese día y la gran problemática que supone para el embalse que haya personas que actúen de esta manera tan voraz en él. Pocas semanas después, el Gobierno de Aragón anunció que pondría en marcha los trámites para acotar el embalse. 

La solución perfecta 

Aunque la Guardia Civil trabaje intensamente en evitar este tipo de prácticas, los medios de los que disponen son insuficientes para combatir el fenómeno ya que el perímetro del embalse es de nada menos que 500 kilómetros. 

Si se creara un coto, el teniente de Alcalde de Caspe, Javier Sagarra, calcula que se generarían unos recursos que rondarían el millón de euros. De esta manera los pescadores pagarían una cuota por uso, ya que se estima que cada año el embalse registra 600 mil usos. “La Administración no tendría que poner un duro, sólo dar el paso legislativo”, recalca Sagarra. Además, con el dinero recaudado se generarían muchos puestos de trabajo que permitirían vigilar y limpiar continuamente el lugar. 

De hecho, así ha ocurrido en el entorno del municipio aragonés de Mequinenza, situado aguas más arriba en la confluencia de los ríos Segre y Ebro y entre el pantano de Mequinenza y el de Ribaroja. Allí lleva varios años funcionando un coto gracias al permiso obtenido por el Gobierno de Aragón. Según Serra, es un coto “que funciona de maravilla, no hay intrusos, tiene guardas, además de ser un sitio limpio”. 

“Nosotros, los pescadores, y todos los que vienen hasta aquí pagaríamos encantados porque queremos cambiar el tipo de pescador que viene al Mar de Aragón para que vengan los deportivos, no los que lo asaltan, además de repercutir en el medio ambiente”, apunta Serra, quien añade que acuden continuamente deportistas italianos, franceses, austriacos, suecos o suizos que preguntan, “Luisa, ¿dónde pagamos?”, ya que están acostumbrados a que los lugares a los que acuden estén mucho más regulados. “Cuando les dices que nos se paga, no se lo explican”. 

Una larga y tediosa espera

Aunque el anuncio de la creación de coto ya esté encima de la mesa, Segarra califica como “una vergüenza” que la Diputación General de Aragón haya tardado tanto en tomarse esta medida en serio mientras este lugar se convertía “en el estercolero de Aragón”. “Es muy duro escuchar que si este embalse estuviera en territorio catalán sería un paraíso del turismo piscícola”, señala Sagarra. Es más, cree que “su hubiese habido posibilidades de especular, como ha ocurrido en la nieve, esto sí que se habría explotado”. 

Una desidia que ha salido cara al Ayuntamiento caspolino que en 2010, ante la penosa situación del embalse, aprobó destinar 40.000 euros para llevar a cabo una limpieza para retirar las toneladas de basura que se habían acumulado en las orillas durante los últimos años. Algo que, si el lugar tuviese coto se realizaría de manera continua con la aportación de los pescadores. 

También se ha actuado junto a la Comarca Bajo Aragón-Caspe. Además de llevar a cabo algunas inversiones, gracias a un plan de dinamización turística realizaron un proyecto plasmando las posibilidades que tiene el lugar y la mejor forma para resolver su problemática, pero “no nos hicieron ni caso y la Administración nunca se lo han tomado en serio”, asegura el concejal.

Una serie de medidas a las que hay que añadir la cantidad de mociones en las que se han unido los políticos de todos los colores de Caspe para solicitar al Gobierno de Aragón que ponga en marcha el coto. Por ello, a Sagarra la extraña que tras el anuncio de la creación del coto “solo se hayan reunido con asociaciones de pesca, que nos parece bien, pero creo que los políticos tenemos algo que decir porque hemos estado impulsando esta situación desde siempre”. 

Reconocimiento a la labor de los agentes

Un coto que también serviría de apoyo a los agentes de la Guardia Civil del Seprona y los Agentes de la Naturaleza del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón. Por el momento, son los únicos agentes con autoridad para custodiar sus extensas orillas y lógicamente no pueden ocuparse exclusivamente a ello. Por ejemplo, en verano, durante la temporada de incendios algunos de ellos tienen que centrar sus labores en otros lugares. 

Aún así, su labor ha sido intensa este año y en los primeros seis meses de este año la Guardia Civil ha interpuesto 298 expedientes; los Agentes de Protección de la Naturaleza del Gobierno de Aragón, 144 expedientes; los guardas de campo 188 expedientes, y personal de otras dependencias y servicios del Gobierno de Aragón han interpuesto cinco, además de otras administraciones, un total de ocho. Todo ello supone un 15% más que en 21013 y más de un 100% más sobre los abiertos en 2011. 

No cabe duda de que su labor ha sido imprescindible para poder capturar a algunos de estos furtivos. Por ello, recientemente el Ayuntamiento de Caspe ha agradecido al General Jefe del Seprona por la labor que ha desarrollado los agentes los últimos años para intentar dar solución a la situación. 

Y es que los furtivos no solo están acabando con el mar de Caspe, sino que llegan a ser peligrosos. “Van a sitios donde no hay cobertura de móvil y si tienes algún problema no puedes llamar a nadie”, destaca Serra, por lo que enfrentarse a ellos no es ni mucho menos sencillo. De hecho, encontrarse con ellos estando sólo se convierte en un momento muy frustrante, ya que, como apunta Serra, “cualquiera se atreve a decirles nada, encima se nos ríen”. 

No hay tiempo que perder 

Aunque el Gobierno de Aragón haya anunciado que va a poner en marcha los trámites para crear el coto, lo cierto es que ya han pasado más de dos meses desde el anuncio y la situación sigue como antes. En el pasado Pleno de las Cortes celebrado el pasado 5 de diciembre el Consejero Lobón aseguró que estaría listo la próxima primavera, antes de las elecciones, pero no dió más detalles respecto a la fecha. 

Y aunque los pescadores de la zona sean conscientes de que la Administración funciona despacio están hartos y saben que no hay tiempo que perder, por ello han puesto en marcha patrullas de vigilancia que han empezado a recorrer sus orillas desde principio de diciembre. Las primeras rondas han sido en Escatrón y Chiprana y la intención es continuar por tramos cada fin de semana. Aunque les cueste horas y enfuerzo, son conscientes de lo que está en juego y cada día queda menos por lo que luchar.

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