Cuando ya hemos llegado al ecuador de la media veda, ésta mantiene el tono positivo de la apertura. Si exceptuamos algunas zonas donde escasea, tanto las vegas del Órbigo, Porma y Esla, así como todo el Páramo, en especial el Páramo bajo, tienen cantidad de aves. Bastante peor hasta la fecha se está cazando en los secanos, pero es posible que la temporada vaya de menos a más con la entrada de aves procedentes del norte. Además la climatología está ayudando, pues parece que al fin se ha instalado el verano. El campo está cosechado en su totalidad aunque la paja no está totalmente recogida, lo que facilita la caza. Coincidiendo con la cosecha de las últimas parcelas se han conseguido perchas iguales o incluso superiores a las primeras jornadas. Además, una vez que los perros le van tomando el pulso al campo, se aprovechan mejor las oportunidades. Desde el pasado sábado se están cazando también las palomas tórtolas y torcaces, bastante abundantes estas últimas en las áreas de media montaña.

Cada año nuevos cazadores, tras superar el examen, se incorporan durante la media veda. Si bien en este tipo de caza los accidentes no suelen ser mortales, si resultan mas frecuentes debido a que se realizan muchos disparos y a corta distancia. Este es el motivo de considerar algunas normas:

Es necesario revisar bien el terreno dónde se esconde el ave. En esta caza no es bueno correr.

No es conveniente cazar en mano ni en grupo. Los disparos cruzados son muy peligrosos pues la codorniz vuela en cualquier dirección.

Si se hace un doblete hay que tomar bien la referencia. El perro puede, incluso, soltar la primera pieza al ver caer la segunda y es alto el riesgo de perderla.

Contra el viento el perro toma mejor los rastros.

Se dispara mejor, al amanecer o al atardecer, con el sol de espalda.

Es frecuente que los perros poco adiestrados o muy jóvenes no suelten la pieza. No hay que pegarles o tirar de ella con el riesgo de desgarrarla. Basta con soplar suavemente en la oreja del can para que la deje.

Si el perro se traga la codorniz es conveniente hacer que la vomite. Esto puede conseguirse haciéndole que trague tabaco o un puñado de sal. No volverá a tragarse otra.

En las zonas de seguridad hay que abrir el arma. Si se salta un obstáculo (ribazo, acequia, reguera etc.) se debe poner el seguro.

Cuando el perro está «puesto» es mejor bajar el cañón del arma. Resultará más fácil encarar la pieza.

Si se comprende que es imposible «cobrar» la codorniz no se debe disparar.

En ocasiones nos cruzamos con gente paseando por los caminos o circulando en bicicleta. Respetando a los demás prestigiaremos la caza.

Por último, y a la hora del almuerzo o cuando nos paremos a cambiar impresiones con otro cazador, es conveniente descargar la escopeta.

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