La convivencia entre la fauna salvaje y los agricultores y ganaderos no siempre resulta lo armónica que debería. La falta de medidas para evitar los ataques o, en su caso, las escasas ayudas para hacer frente a las pérdidas, ponen al campo barbanzano en pie de guerra contra lobos y jabalíes.

Hay ayudas para paliar los daños causados por estos animales?

A diferencia de lo que sucede con el jabalí, la administración sí paga una parte de los daños causados por el lobo. Así, por ejemplo, la pérdida de un caballo se compensa con 200 euros, la de una oveja con 100 euros y la de una vaca con poco más de 1000. Las cantidades van siempre en función de la edad y raza de la res.

¿Qué hacen los agricultores para evitar los ataques?

Son muchos los sistemas y, en la mayoría de los casos, de dudosa eficacia. Desde detonadores de propano, pasando por radios a todo volumen e incluso pólvora o cabello humano en el caso de los jabalíes. Para los lobos, los cierres electrificados o la presencia de perros junto al rebaño. También se sabe de la colocación de lazos metálicos aunque esta es una práctica prohibida.

¿Cuáles son los cultivos más afectados?

El lobo ataca, fundamentalmente, al ganado que pasta libre en los montes y praderías. Caballos, terneros, vacas y ovejas, son sus blancos más habituales, principalmente si tienen alguna merma física que hace más fácil abatirlos. El jabalí acostumbra a arrasar las fincas de maíz aunque también se sabe de ataques a praderías e incluso huertas.

¿En qué época se registran más ataques?

Los ataques pueden producirse en cualquier época del año. En verano acostumbran a ser más virulentos los del jabalí por coincidir con la época en que las crías empiezan a alimentarse por sí mismas. Sin embargo, últimamente se detectan en cualquier momento y también en todo tipo de plantaciones.

FUENTE: LA VOZ DE GALICIA