Un pastor del Oriente con una camiseta contra los lobos. :: N. ACEBAL

La segunda batida contra el lobo desarrollada en las sierras costeras del Oriente de Asturias ha concluido como la primera, sin resultado alguno. Una vez más, las condiciones atmosféricas fueron determinantes para su fracaso. La intensa niebla y el orvallo permanente dificultaron mucho la montería. Esta vez no llegaron a ver ni un solo rastro fresco de cánido, aunque guardería y monteros lo volverán a intentar el próximo jueves siempre que el tiempo lo permita. Esta podría centrarse en los montes riosellanos, aunque la zona a recorrer la determinarán los guardas a lo largo de la semana.

Al igual que ocurrió en la primera de las batidas, en la de ayer participaron alrededor de una docena de guardas debidamente armados, además de más de una veintena de ganaderos y monteros de los concejos de Cangas de Onís, Llanes, Onís y Ribadesella. Los riosellanos accedieron al monte a través del Mofrechu rumbo a la sierra de Cuana.

Estos manifestaron su satisfacción con los controles autorizados, aunque creen conveniente obtener algún resultado. «Está muy difícil, porque hay mucho monte y el tiempo no acompaña. Además, los lobos no nos están esperando amarrados, están sueltos y se mueven de un sitio a otro», afirmó uno de ellos. Otro de los que participó en las dos monterías insistió en la necesidad de «seguir encima hasta que el lobo desaparezca de estas sierras del Cuera, Ibéu y Cuana, de estos tres montes los hay que eliminar como sea, porque la gente está muy caliente».

Dudas sobre los métodos

Algunos ganaderos dudan ya de que la técnica que están utilizando para efectuar las batidas sea la adecuada para dar con el lobo. Y es que estos trabajadores del campo consideran que repartir a los ganaderos en grupos provisto de cornetas, latas, cacerolas y otros utensilios para meter ruido y ahuyentar a las fieras hacia los lugares donde los guardas esperan apostados con sus escopetas se ha demostrado ineficaz. Por ello proponen utilizar otro tipo de técnicas de cara a la batida prevista para el próximo jueves.

Entre los ganaderos de esta zona del Oriente existe la creencia de que pueda ser un mismo grupo de lobos el que haya protagonizado los ataques de las últimas semanas en los montes de Cuana e Ibéu, y consideran que con la metodología de las actuales batidas lo único que se está logrando es espantar a los cánidos de unas montañas a otras.

La previsión es que la Consejería de Agroganadería prolongue estas batidas hasta que obtengan resultados positivos, o al menos así lo esperan los ganaderos. De hecho la consejera María Jesús Álvarez aseguró el pasado domingo en la feriona de Corao que «se dan todos los requisitos para ello y, de este modo, esperamos contribuir al mantenimiento del trabajo de los ganaderos».

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