Prepara la escopeta y afina la puntería, porque el domingo 31 de enero la Dehesa de los Godonales se convertirá en campo de tiro de excepción.

A las 10:00 de la mañana, los participantes tendrán que demostrar su rapidez al disparar a veloces platos voladores, unos blancos móviles que aparecen y desaparecen con gran celeridad.

El ganador del certamen recibirá 300 euros, y junto a él habrá otros cuatro premiados con 200, 150, 75 y 40 euros, respectivamente. Además, todos ellos obtendrán un trofeo.

Las inscripciones se realizarán en el campo de tiro antes de comenzar la competición.

El Tiro al Plato surgió hacia 1880 cuando se decidió sustituir al tradicional pichón por un elemento de arcilla con unas funciones de vuelo similares. Este cambio, motivado esencialmente por razones económicas, permitió que una afición en principio reservada a la alta sociedad se extendiera al resto de la población.

Mientras en otras modalidades de tiro lo más importante es la precisión, en el Tiro al Plato prima la velocidad. Cuenta como punto aquel disparo que consiga romper el plato, y eso se consigue si unos cuantos perdigones rozan el blanco. El haz de perdigones salen disparados en trayectoria cónica, esto es, de forma muy estrecha en la boca del fuego y progresivamente más abierta a medida que se aleja del tirador.

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