Los socios del coto de caza Santa Bárbara, en el municipio de Barjas, están dispuestos a encerrarse en el consistorio para exigir al alcalde, el socialista Alfredo de Arriba, que no ponga más trabas a la continuidad en el uso de los montes comunales para el aprovechamiento cinegético. Portavoces del acotado estuvieron de hecho a punto de recluirse ayer en las dependencias municipales ante la negativa de la secretaria municipal a convocar a las juntas vecinales que son las que deben prorrogar el acuerdo con los cazadores.

Las pedanías en las que se inscribe el coto, las de Campo de Liebre, Barjas y Mosteirós, están de acuerdo con mantener el convenio con el coto Santa Bárbara. Entre otras razones porque favorece a más de medio centenar de escopetas del propio municipio, entre otras.

Pero según aseguran los representantes de la sociedad es la primera autoridad municipal la que está poniendo trabas administrativas de todo tipo para que no se produzca la audiencia y la firma con las juntas vecinales. La denuncia pública de este hecho y la amenaza de encerrarse llevó ayer a última hora de la mañana al alcalde a reconsiderar la situación. Al menos en lo que se refiere a la convocatorias de los pedáneos.

Los representantes del coto, sin embargo, siguen sin tener la certidumbre de que el regidor vaya a dar su brazo a torcer en sus pretensiones. Por este motivo, si se producen contratiempos en las citas con las juntas vecinales están dispuestos a organizar las protestas que sean necesarias. Los actuales usuarios de las más de mil hectáreas del acotado sospechan que el alcalde desea acabar con el acuerdo actual para subastarlo y entregarlo a otra sociedad que le pueda deparar más beneficios económicos por la explotación cinegética.

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