Volver al índice
El abandono del campo español está provocando un fenómeno curioso en la actividad cinegética: el paulatino trasvase de cazadores de la caza menor a la mayor. El monte sucio y los pastizales y huertos abandonados se han convertido en el hábitat ideal para especies como corzos y jabalíes.La Real Federación Española de Caza (RFEC) analizará el próximo 29 de marzo sobre el actual modelo de gestión de las especies cinegéticas en espacios protegidos. El acto tendrá lugar en el VI Observatorio Cinegético en el Campus de la Universidad de Castilla-La Mancha en Ciudad Real.
Bajo el lema ‘Caza, Espacios Protegidos y Desarrollo Rural’, la Federación pretende reflexionar sobre el actual modelo de gestión de las especies cinegéticas en los espacios protegidos.
En este sentido, la RFEC defiende la necesidad de considerar que espacios como el Parque Nacional de Cabañeros siguen estimando la caza como un uso incompatible con la gestión del espacio. El Congreso Internacional de Caza y Sostenibilidad ‘Ecología, economía y sociedad’ que se celebrará del 27 al 29 de marzo, será un lugar de encuentro de científicos y profesionales expertos en caza y conservación en el que se abordara la función social, cultural y económica de la caza y sus impactos positivos y negativos sobre el entorno medioambiental en el que se practica.
Por su parte, para la Asociación de Titulares de Cotos, Cazadores, la caza «es un magnífico sistema de regulación» de los niveles poblacionales, evitando el crecimiento irracional e incontrolado de ciertas especies, que provoca afinidad animal, con el grave peligro que conlleva por la transmisión de enfermedades, los daños a los cultivos de la zona o los montes arrasados.
A juicio de la asociación, volver a cazar en estos terrenos «puede resultar una importante fuente de ingresos, además de ser una medida muy eficaz para el control de la población de especies».
