Dos construcciones típicas de la aldea de Sorbeira con los montes ancareses al fondo. Ana F. Barredo

Es uno de los grandes recursos financieros de los pequeños pueblos ancareses. Y este año lo será todavía más. Porque las arcas de las administraciones superiores están temblando. La caza mayor de la reserva regional repartirá esta temporada entre los municipios de Candín, Peranzanes y en menor medida de Vega de Espinareda y Fabero más de 60.000 euros.

Esa es la cifra de salida del conjunto de la subasta de piezas que se celebrará a finales de marzo en el aula de la naturaleza del pueblo de Pereda. Pero la diana de los alcaldes que «gobiernan» los cuarteles de Balouta, Tejedo, Guímara, Burbia, Villar de Acero y Fabero se dibuja en realidad sobre los 100.000 euros. Los grandes aficionados a la práctica cinegética ajustan sus plicas casi con el mismo mimo que sus rifles automáticos para disputarse la adjudicación de un total de 62 animales, con un precio total de partida de 63.600 euros.

Un macho muy cortejado. La puja más interesante se establecerá por disparar a un macho montés trofeo en el cuartel de Tejedo (Candín). Su precio de salida es de 5.000 euros. Pero lo que se pagará por su codiciada testud puede terminar, prácticamente, duplicándose. También se subastan otros cuatro machos monteses —aunque catalogados como no medallables— por 1.500 euros cada uno. Es el mismo precio mínimo que se fija esta temporada para un cupo de siete rebecos trofeo. Otros 31 rebecos no medallables se ofrecen a los cazadores por mil euros la unidad como cifra de partida en la subasta. Las licencias que se licitan abarcan asimismo a corzos y ciervos e incluyen cinco batidas de jabalí.

Este año, como admite el alcalde de Candín, José Antonio Álvarez Cachón, que actuará como anfitrión el próximo día 24 en Pereda, se han rebajado en general los precios de los permisos. Aunque los cazadores de este tipo de piezas parecen algo más inmunes a la crisis. «Hemos bajado los precios de salida, pero aún así esperamos obtener una cantidad de la subasta incluso mayor que la de año anteriores», comentó el regidor.

Los cuarteles de Balouta y Tejedo, son los que mayor número de hectáreas acumulan en la reserva regional de Ancares, seguidos de lejos del de Guímara —Fornela— y todavía a más distancia por los más pequeños de Burbia (Vega de Espinareda), Villar de Acero (Villafranca) y Fabero.

La superficie de monte es el criterio capital a la hora de efectuar el reparto de los dividendos de la subasta. Que repercuten primero en el propio ayuntamiento y luego sobre las arcas de las juntas vecinales. Todos los beneficiarios comunales se encuentran no obstante bastante molestos este año por la eliminación de la obra pública que la Junta de Castilla y León concedía como una compensación adicional —financiada al 100%— en el marco de la denominada Zona de Influencia Social (Zis) de la reserva.

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