Con el padrinazgo del rey, Juan Carlos de Borbón, y la ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, ayer dio inicio en Toledo el I Congreso Nacional sobre Caza y Desarrollo Rural. Este encuentro de debate y contrate de experiencias entre profesionales y autoridades trata de promover la cooperación entre los cazadores y otros sectores económicos y sociales, así como mostrar el papel esencial de la caza en la conservación del medio natural y en el desarrollo económico de las regiones rurales más desfavorecidas.

La subsecretaria del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, María Felicidad Montero, inauguró ayer el Congreso, organizado por el mismo Ministerio y la Asociación de Propietarios Rurales para la gestión cinegética y la Conservación del Medio Ambiente. Durante su intervención, destacó que, dada la importancia de la caza para el desarrollo rural, se ha convertido en una de las prioridades del Ministerio, como fórmula para mantener la población en los pueblos y su desarrollo económico.

Para Montero, es importante concienciar a la población, que tradicionalmente ha tenido una imagen negativa de la caza, sobre su importancia como motor económico y medioambiental. Casi un tercio de la población vive en un medio rural, que hay que mantener con actividades diversificadas, como la caza, que supone rentas y empleos directos y a una serie de servicios complementarios. En total, advirtió la subsecretaria, las piezas cobradas suponen al año para España entre ochenta y cien millones de euros; los ingresos totales, unos tres mil millones, cantidades que superan los ingresos de otras actividades, como la producción de aceite de oliva, bovino, el vino, las aves o la leche, es decir, en torno a un siete por ciento de la producción agraria del país. Con todo ello, se crean unos treinta mil empleos (cinco mil de ellos en Castilla-La Mancha).

Además, Montero advirtió que el aumento de la conciencia ecológica por parte de los cazadores y una legislación cada vez más comprometida y eficaz en el medio ambiente, pueden fomentar una práctica que aporta ingresos, genera puestos de trabajo y dinamiza otros sectores. A su juicio, uno de los mayores retos a los que se enfrenta en estos momentos el sector cinegético es el de una regulación que permita la calidad en los procesos, y así sea más compatible la caza y el desarrollo rural. Montero se mostró muy satisfecha por los acuerdos y el consenso alcanzado entre todas las partes que poco a poco van permitiendo superar los «pequeños problemas que se plantean».

El sector. El Congreso está dirigido a alcaldes y concejales de ayuntamientos y otros gestores de entidades públicas, así como a representantes de formaciones políticas, grupos de desarrollo rural, cazadores, titulares de cotos, asociaciones representantes del sector cinegético y otros profesionales del sector. Precisamente, el presidente de la Federación Española de Caza, Andrés Gutiérrez Lara, destacó que a pesar de la tradición cinegética de España, en estos momentos está muy por detrás de la cultura y los ingresos que se están produciendo en los países del este. A su juicio, se hace necesario eliminar elementos distorsionantes en la imagen de una actividad que no daña el medio natural.

Además, el director general de Montes y Espacios Naturales de Castilla-La Mancha, Javier Gómez-Elvira, destacó la importancia de la caza en una región como esta, que cuenta con casi ocho millones de hectáreas y 5.770 cotos privados de caza, en los que practican la caza más de 170.000 personas de ámbito nacional e internacional. Recordó que si el campo es ahora un destino turístico importante, buena culpa de ello lo tiene la actividad cinegética. De ahí la apuesta del Gobierno regional por la caza como fuente de ingresos, pero también como actividad sostenible.  

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