Los aficionados a la pesca deportiva se retan cada domingo en las instalaciones ubicadas a las espaldas del polígono industrial de La Torrecilla para conseguir el mayor número de kilos de pecesl comienzos Se trata de un deporte caro, pues requiere un desembolso aproximado de 4.000 euros para adquirir todos los artilugios.

Concentración, silencio y mucha paciencia. Estos son algunos de los requisitos fundamentales que deben cumplir quienes quieran adentrarse en el mundo de la pesca, una práctica que cada vez gana más adeptos en la ciudad. Sólo hace falsa asistir un domingo por la mañana a las instalaciones ubicadas junto al polígono industrial de La Torrecilla para comprobar la afición creciente de los cordobeses a este deporte.

Desde las 09:00 y hasta las 13:00, haga un frío invernal o la Agencia Estatal de Meteorología haya declarado alerta por el calor -como era el caso de ayer- casi un centenar de aficionados se sitúan, casi inmóviles, en sus puestos. El objetivo es fácil: conseguir más kilos de peces que los contrincantes. En el Guadalquivir hay abundancia de carpas, barbos, carpines y alburnos, una especia invasora por las que los competidores sienten escasísimas simpatías por su poco peso y porque ahuyenta ejemplares de mayor enjundia. En una jornada como ayer, un pescador avezado como Antonio Cobos -subcampeón provincial-puede atrapar entre 60 y 70 unidades, lo que supone un peso de alrededor de cuatro kilogramos.

"El Guadalquivir es un escenario difícil y este pescódromo, más todavía. El nivel del caudal es muy cambiante porque depende de factores como el regadío, y también influye la corriente", explicaba ayer. En competiciones oficiales, la proliferación de cebos dificulta más aún la competición, de ahí que se necesite mucha práctica para alcanzar un buen nivel, aconsejó.

Cobos, que pertenece al Club Deportivo Ribera del Guadalquivir, tuvo su primer acercamiento a la pesca hace 16 años de la mano de su abuelo. En la capital había entonces varios escenarios, como El Arenal o el molino de Carbonell. Ahora se permite únicamente en el pescódromo situado junto al puente de Andalucía, que cuenta con los requisitos oficiales para acoger un campeonato mundial. Cobos hace una aclaración: "Todos los peces se devuelven vivos a su medio. Hay un control exhaustivo y en el caso de que muera un solo ejemplar tenemos que afrontar una sanción", dijo.

Concepción Montero, una vecina de Fátima, es la única mujer que forma parte del club deportivo. Empezó acompañando a su marido, pero con el tiempo quiso entrar también en competición. "Es una afición muy cara, aunque para los que quieran empezar se necesita sólo una caña", animó Concepción, quien reconoció que su marido "tiene más éxito". De entre todos los escenarios que ha visitado en los últimos años, se queda con el pantano de Arcos de la Frontera, en Cádiz: "Se cogen carpas de varios kilos".

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