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No es lo mismo

No es lo mismo

Enviado por montero el 27-01-2011

El nuevo récord del empresario José Recio, con su imponente ejemplar de venado con una cornamenta de más de un metro y 12 kilos de peso, ha abierto un debate sobre la gestión en los cotos cerrados y la intervención de la mano del hombre.
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El nuevo récord del empresario José Recio, con su imponente ejemplar de venado con una cornamenta de más de un metro y 12 kilos de peso, ha abierto un debate sobre la gestión en los cotos cerrados y la intervención de la mano del hombre.

El reportaje publicado por 'El País' el pasado 11 de enero ha recuperado la polémica sobre la validez de estos trofeos o la existencia de dos vías para homologar los ejemplares e, incluso, impedir que los ciervos que viven en libertad absoluta 'compitan' en igualdad de condiciones con aquellos que se crían en extensos cercones pero con ayuda suplementaria de comida en épocas difíciles.

El ciervo que ha dado a Recio el récord de España se crío en Ciudad Real el primer año y, posteriormente, ha vivido durante siete temporadas en una finca vallada de Sevilla. El 20 de septiembre fue abatido después de una extrema vigilancia por parte de los guardas de la finca y los propietarios. Los más 'puristas' critican este tipo de caza dirigida y matizan que esto nunca sucedería en Soria donde todas las fincas están abiertas.

José Manzano, delegado de caza en la provincia, explica que existen claras diferencias entre la caza en fincas valladas y la que se practica en terreno abierto, pese a subrayar que estos cercones pueden tener tanta extensión o más que los cotos del Valle. "Los ciervos cerrados están más controlados desde que nacen. En nuestros cotos, por ejemplo, la población es mucho más cambiante", añade.

Más duro se muestra Santiago Segovia, portavoz de la Asociación Española del Corzo, quien habla de "aberración". Diego Caballero, técnico de la Sociedad San Saturio, se apunta a la idea de aquellos que distinguirían los trofeos en función del escenario de caza. Actualmente, sólo es el análisis de ADN el que determina la validez del trofeo que siempre recibe la conformidad de la Junta de Homologación si es ciervo ibérico y no un híbrido con otras especies europeas más grandes.

Así lo explica el ingeniero Diego Caballero quien recalca que actualmente sí se separan en el ránking los ciervos europeos, de distinta subespecie, de los de la península ibérica. "Los europeos desarrollan unas cuernas espectaculares y mucho más grandes que los ibéricos por lo que la puntuación es mayor. Algunos, con bastante afán protagonista, decidieron meter sangre europea en España tratando de buscar el récord pero la Junta de Homologación decidió hacer estudios genéticos a los ciervos abatidos y, si poseían sangre europea, anular el récord". Por ello, una de las opciones que se pueden barajar con los ciervos de 'granja' se refiere a estos cambios en la homologación que sí han sabido adaptarse a los híbridos. Obviamente, si tienen sangre europea no serán válidos, pero la duda llega cuando el adn es totalmente ibérico como en este último caso.

Más allá del trofeo

El veterinario José Luis Serrano explica que el trofeo "no es sólo la cuerna expuesta en un salón. Hay muchas cosas detrás cuando capturas un ejemplar adulto de ciervo. Ese tipo de venados son muy inteligentes, han vivido mil batallas y su caza es mucho más compleja que la de un ciervo más joven e inocente en sus comportamientos".

Para Diego Caballero, es evidente "que no puede valer lo mismo un animal de 'granja' a otro, aún teniendo en cuenta que las fincas en las que se matan estos grandes ciervos son de gran extensión. En estas cercas los animales son salvajes y 'libres', pero se alimentan todos los días. Es probable que les aporten minerales para que mejoren las cuernas y no pueden salir de la finca como ocurre en cualquier coto soriano".

José Manzano añade, además, que "no sufren la dureza de un año malo de alimentación, un invierno duro con nevadas que hace mella en algunos ejemplares o, incluso, los accidentes en las carreteras". "¿Dónde tiene el instinto de supervivencia este animal, cómo ha desarrollado su capacidad de huida?", se interroga José Luis Serrano.

Caballero añade que los récords de ciervo casi siempre llegan desde cacerías en terrenos vallados. "Los récords de ciervo casi siempre son de animales controladísimos que viven en fincas cercadas y cuyo rececho se asemeja más al tiro al blanco que a un rececho de verdad. Imagino que también hay grandes ciervos en fincas abiertas aunque serán los menos".

"La cría del venado en granja es muy sencilla, son como vacas", ilustra Serrano, quien recuerda, sin embargo, que el corzo es totalmente distinto.

"En Soria, un venado puede nacer en Montenegro y luego lo matas en Almarza. Recorren grandes distancias, pero su localización es mucho más compleja, también la selección genética de nuestras poblaciones es mayor. Los cotos, además, son muy cambiantes y se pueden controlar ejemplares de transición en función de la berrea o las épocas del año", añade José Manzano, quien también explica que en la provincia no hay fincas cerradas, "éstas se dan en Extremadura y Andalucía y algún pequeño ejemplo en Castilla y León".

Si en Soria la postura es clara sobre estos animales y la validez de sus récords, a nivel nacional también son muchos los detractores. Santiago Segovia, vocal y portavoz de la Asociación Española del Corzo, reflexiona sobre este caso y es tajante al calificar estos ejemplares de "aberración".

Segovia quiere, sin embargo, dejar muy claras las diferencias de la palabra gestión y su aplicación cuando se aborda esta polémica. "No hace mucho tiempo me preguntaba un productor de reportajes cinegéticos si en mis cotos realizaba gestión. La pregunta me hizo reflexionar. Si lo que él entendía por 'gestión' era la colocación de comederos y bebederos, todo ello aderezado por la pertinente valla perimetral y otras lindezas por el estilo, como la suplementación vitamínico-mineral y los piensos o la introducción de supuestas mejoras genéticas, sementales, yo no hacía gestión", explica y va más allá al calificar esta intervención de la mano del hombre como un "engendro".

"Profundizando más en el tema, considero que estas actuaciones son similares al manejo -ganadero-, y que eso no responde al concepto de gestión de una población cinegética, natural y salvaje, ya que eso es otra historia. Sin embargo, sé que mi opinión es sorprendente ya que hay docenas de propiedades en las que esto se califica como gestión", explica.

La ACE, en constante investigación, ha permanecido atenta a este tipo de situaciones. Segovia explica que "no hace mucho me enteré de una página web búlgara de una finca-granja que criaba venados así. Te permitían ver los venados del catálogo -¡que incluso tenían nombre!- y te daban la puntuación aproximada de cada uno. Podías pagar, te lo reservaban y podías ir a matarlo dentro de una cerca parecida a un corral. Demencial. ¿Tan importantes son los puntos del trofeo?".

Desde la ACE, sin embargo, no se pide la prohibición de estas fórmulas, pero sí se defiende que se distinga esta actividad de la caza más tradicional y pura. "Yo propondría que este tipo de actividades no se considerase caza, sino tiro, con lo que empezando por el nivel legislativo, que a buen seguro trascenderá a nivel de las conciencias y modos de pensar, los cotos intensivos, cercones como esta finca sevillana... dejarían de ser cotos o fincas de caza para pasar a ser campos de tiro. Con este simple cambio, las cosas quedarían en su sitio, y todo el mundo miraría las cosas como son: los cazadores a un lado y los tiradores a otro. En los cotos y fincas de caza deberían estar prohibidas estas actividades y los cerramientos deberían tener una superficie mínima".

La esencia de la caza

"Creo que nuestro célebre pensador Ortega ya le dio unas cuantas vueltas al concepto, y dejó muy claro que no hay caza si el animal perseguido no tiene otra opción que morir, es decir, cuando el cazador está plenamente seguro de la muerte de su perseguido. Si el animal no tiene otra posibilidad que estar donde el cazador quiere, y no tiene opción a vencer en este particular encuentro saliendo indemne, eso no es caza, es un matadero y el tirador un matarife", señala un contundente Segovia.

Esta forma de entender la caza en esencia hace que el trofeo conseguido de otra manera no deba tener validez, al menos, a afectos de los más puristas. "El camino no es pretender ser el poseedor del mejor trofeo, si lo que realmente has matado es un animal de granja. El animal abatido dicen que posee tan sólo ocho años, edad muy por debajo de la idónea para abatir un macho de esta especie en el caso de que sea poseedor de un buen trofeo".

Gerardo Pajares, presidente de la ACE, también es claro sobre el tema y abre nuevos debates más allá de la homologación de trofeos. "La caza es la captura de animales silvestres, condición que exige que no hayan sido cuidados ni criados con técnicas ganaderas. Obviamente este venado, se mire como se mire, no era silvestre y por lo tanto era ganado, opinión que avalan los doctores Gortázar y Carranza", explica.

También explora otra vertiente sobre los controles necesarios. "El hecho de ser ganado exige que se cumplan las normas que hay en materia de ganadería. Materias como el bienestar animal, sanidad, higiene y seguridad alimentaria. Normas estas muy estrictas, serias y profusas en el ámbito de la UE. El otorgar el tratamiento de caza a este tipo de ganaderías permite a los propietarios obviar este tipo de controles.

Recientemente se ha sabido que en Alemania los pollos, huevos y al menos un cerdo están contaminados con dioxinas. ¿Alguien se preocupa por saber algo de la higiene de los piensos de los ciervos, jabalíes o corzos. Me pregunto cómo es posible que a los criadores de este tipo de animales se les exonere de estos controles".

Bienestar animal

Otro aspecto sobre el que se detiene es el relativo al bienestar animal: "¿Cómo es posible que el sacrificio del ganado se haga a balazos? Cabe, por supuesto, la vía de la excepcionalidad. En Suecia o Finlandia un porcentaje de renos pueden ser sacrificados a tiros, pero lo suyo es que el ganado se sacrifique en mataderos que deben cumplir la estricta norma comunitaria en la materia", recalca Gerardo Pajares, que así lo subraya en la página web de la propia asociación.

"La caza es solamente la captura de animales silvestres y en ese ámbito están permitidos los métodos que las leyes de caza determinen. La ganadería, sea de vacas o de ciervos, tiene, o debería tener, su regulación. Deberíamos exigirles que lo hagan y de este modo se daría fin a estas charadas", añade.

Validar estos trofeos 'artificiales' cambiará sustancialmente el ránking nacional. Soria ocupa las primeras posiciones, pero, fundamentalmente, en corzo. Esta especie, sin embargo, corre menos riesgo por su particular comportamiento. Segovia explica que "el corzo es un animal que lleva mal estar dentro de una cerca y ser criado en cautividad, por lo que nunca produce grandes trofeos en estas condiciones. Existen granjas de corzos, incluso aquí en España, pero su función es tan sólo criar corzos para repoblar, ya que nunca podrán ser vendidos para conseguir un trofeo de inmediato".

El corzo también es diferente

Santiago Segovia, portavoz de la Asociación del Corzo, recalca que el comportamiento de esta especie es diferente y, por ello, no se puede extrapolar el mismo debate. "En el corzo las mejoras genéti cas, como las que se han llevado a cabo con este venado, carecen de sentido y no tienen razón de aplicarse, porque la especie presenta una alta variabilidad genética, lo que se traduce en un amplio perfil que limita las posibilidades de selección, ya que no es fácil determinar los genes que fijaron el carácter 'gran cuerna'. Además este fenómeno es de muy baja heredabilidad y existen escasas diferencias genéticas entre poblaciones.

La dispersión a la que obligan a los jóvenes los individuos adultos y territoriales, es un mecanismo que mantiene una saludable variabilidad genética, merced al intercambio de genes por la emigración e inmigración de ejemplares".

El veterinario José Luis Serrano comparte esta teoría y recalca que "los ciervos se crían como vacas, pero el corzo es muy diferente por su comportamiento".

FUENTE: Heraldo de Soria


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