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Los reyes del salmón dan caña al Principado.

Los reyes del salmón dan caña al Principado.

Enviado por montero el 25-11-2009

Los pescadores más afamados descalifican la nueva normativa y piden controles de cormoranes, más repoblación y reducción de la pesca marítima.
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«Nefasta», «absurda», «sin pies ni cabeza», «un sinsentido»... En las riberas de los ríos asturianos se oyen calificativos como éstos cuando son los pescadores, los más veteranos del salmón, los que valoran la ordenación restrictiva de la temporada del salmón recién aprobada por el Gobierno del Principado. Arrecian las críticas de oriente a occidente, pronunciadas por expertos pescadores de campanos y ribereños convencidos de que quienes han optado por restringir severamente los periodos de pesca con muerte «no saben de pesca». Ellos piden más control de los depredadores, más atención a los salmones que no retornan de la mar y repoblaciones masivas. Para hacer frente a reclamaciones como éstas, la guardería del Principado abrirá mañana la campaña para controlar las poblaciones de cormoranes en los cursos medios y altos de siete ríos tras constatar el incremento en las poblaciones invernales de este ave depredadora. Esta semana comenzarán también los encuentros del Seprona con los técnicos de la Dirección General de Biodiversidad para dar a conocer a fondo la normativa y reforzar la labor de vigilancia en los ríos.

Pero en las riberas, de momento, las nuevas normas se ven como «un documento sin pies ni cabeza». Así de claro fue, ayer, el ribereño de Cangas de Onís, José Mori Cuesta, «El Marqués». Uno de los pescadores más consolidados del oriente asturiano, con licencia desde los seis años, considera que la normativa «no ayuda al sector, sino todo lo contrario, ni a la recuperación de la especie. «Carece de toda lógica», asegura el pescador de cinco campanos, dos en el Eo, uno en el Esva, otro en el Sella y el último, en 2007, en el Pas, en Cantabria. A su juicio, «hay otras opciones» para recuperar el salmón, «como que deje de pescarse en alta mar para que puedan llegar a nuestros ríos». «El Marqués» considera «absurda» la nueva normativa y estima que el problema de fondo es que quienes la han elaborado «no conocen la pesca». Para él, establecer un cupo de capturas por pescador es uno de los grandes errores de la normativa y explica que lo normal sería un cupo por ríos. «El Marqués» no duda en exigir dimisiones en el Principado por el documento «tan nefasto que se han atrevido a presentar» y pide que se controle la población de cormoranes y se habiliten más piscifatorias para repoblar los ríos con miles, no con cientos de salmones. El deportista, miembro de El Esmerillón, confía en que el recurso interpuesto por el colectivo tenga éxito. «Los ríos no están masificados, sufren una mala gestión desde hace demasiados años», asegura.

Arturo Noriega también suspende a la nueva normativa. El mítico ribereño del oriente, once campanos en su palmarés -ocho en el Cares, dos en el Deva y uno en el Nansa (Cantabria)-, coincide en que los pescadores no son responsables del descenso de la especie. Noriega advierte de que los cormoranes son los mayores depredadores del salmón y mientras recuerda con nostalgia que a finales de los sesenta llegó a capturar 84 salmones en un año, también considera que quienes han elaborado la normativa «muy poco o nada saben de pesca». Pone un ejemplo y explica que la norma plantea dejar vedado un tramo en medio del Cares, cuando, a su juicio «es justo ahí donde no debe hacerse, ha de ser al principio del río, no en el medio. Cualquiera que sepa de esto lo corroborará» destaca Noriega, para quien la normativa «perjudica profundamente al sector, al turismo y a todos los negocios relacionados con él».

«Lo primero que deberían mirar es qué ocurre con los muchos miles de esguines de salmón que bajan, tanto de freza natural como procedentes de las repoblaciones, y que después no retornan. ¿Dónde desaparecen?». La pregunta es de Julio Ampudia Prieto, de 73 años, natural de La Revuelta, en Margolles (Cangas de Onís), residente en Collera (Ribadesella) y pescador de salmón desde 1954. «El panorama lo veo mal. No saben lo que hacen», manifiesta Ampudia, que exime de culpa a los pescadores. «Nosotros no somos los que acabamos con la pesca. Lo que debería hacer la Administración es, primero, controlar los cormoranes, que comen dos o tres kilos de pescado cada día, además de mirar lo que ocurre con los salmones en el mar y saber por qué no retornan a los ríos», señala el ribereño del Sella, que pescó el «campanu» de 2008.

José Ramón Huerta de Dios, «Mocho», es toda una institución en la pesca del salmón, sobre todo en la cuenca del Sella, y tampoco le gustan las nuevas normas. A sus 77 años, este cangués que pesca desde los catorce no consiguió echar a tierra ni un sólo ejemplar este año. Para él, la solución no está en la restricción. «Es un abuso enorme que nos hacen a los pescadores, que somos los únicos que miramos por los ríos», afirma. Mocho entiende que el despropósito empieza por abrir la temporada con más de un mes de pesca sin muerte. «En la apertura de la temporada», justifica, «los salmones, si es que los hay, nunca pican a mosca, porque el agua está muy fría y el Sella lleva un fuerte caudal». Asimismo, considera un desliz el retraso del «campanu». «Es otra vuelta de tuerca más para echar al turismo», asevera Huerta: «No es lo mismo el primer ejemplar en marzo, cuando se levanta la veda, que en mayo. Pierde protagonismo. Es un sinsentido».

En las cuencas del centro y occidente, los pescadores más veteranos se apuntan asimismo a la valoración negativa. Antonio Gayol es de Vegadeo y pesca desde hace 45 años en el Eo, donde capturó el salmón más grande pescado en el río, con 14,700 kilos. Considera que la normativa es nefasta y no hace nada contra el verdadero problema, que es la falta de salmones. Gayol cree que para recuperar el salmón habría que imponer medidas en la pesca industrial en alta mar: «Cuando hay temporal en el mar del norte y los barcos no faenan es cuando entran salmones», afirma. También reclama una política activa contra los depredadores como el cormorán. A su juicio, la contaminación de las aguas y la excesiva maleza y arboleda de las riberas afectan directamente a la escasez salmónidos. «En el Eo», aporta, «el problema es mayor porque, es uno de los ríos más tempraneros de España y encima el Principado ha decidido abrirlo en último lugar, el 1 de mayo. Pero como somos pocos, nos quieren hundir». Sostiene además que la normativa impide la pesca con muerte en los cotos más productivos del Eo, como Piago Mayor, y que «lo peor va a ser para la hostelería. No va a haber ni pescadores ni ventas», añade Gayol, quien añade: «ya me quitaron hasta la ilusión».

Desde la ribera del Esva, Alberto Fernández Rubio, de Canero (Valdés), da por cierto que «el Principado no se preocupa por el río. Todo empieza a fallar con la falta de anguila. Los depredadores ya no tienen nada que comer y por eso se alimentan de truchas y salmones», apunta. «El río está en manos de funcionarios que de pesca no saben nada. Es como si en vez de visitarte un médico cuando estás enfermo te visita un albañil». El ribereño alerta contra la retracción de los aficionados y afirma que «el campanu era importantísimo para la zona y su eliminación va a acabar de hundir a la hostelería».

En el mismo sentido se manifiestan a orillas del Narcea. Benito Vega, «Corolo», de Cangas del Narcea, considera que «la nueva normativa del salmón es una equivocación y no va a resolver ningún problema. Al contrario, iremos a peor. Lo único que quieren es quitar de pescar a los que les estorba». También para él «el verdadero problema de los ríos son los cormoranes» y anima a controlar severamente sus poblaciones.

Menos estricto, el praviano Luis Miguel Berrocal, «Henry», entiende que «las normativas de pesca son problemáticas y nunca resultan al gusto de todos, pero podía haber sido mucho más restrictiva. Por ello, no creo que la gente deba protestar». Ángel Díaz, de Cornellana, asegura, sin embargo, que «la normativa es una aberración, no se puede atacar directamente a los pescadores aunque estemos ante una crisis salmonera. Lo fácil es meterse con nosotros. El Principado se ha basado en las opiniones de gente que no sabe pescar. Hay que tomar medidas, pero no de un modo tan drástico».

Períodos

La temporada se abrirá el 21 de marzo y se cerrará el 31 de julio, pero hasta el 30 de abril y después del 16 de julio sólo se permitirá la pesca sin muerte.

Días

La pesca estará vedada en los ríos salmoneros asturianos, en términos generales, los lunes y los jueves, salvo festivos. El año pasado sólo se vedaba los jueves.

Cupos

Se reduce de ocho a tres piezas por pescador y temporada.

Control del cormorán

El Principado inicia mañana la campaña de control del cormorán, una vez que se ha constatado en los últimos años un incremento de las poblaciones invernantes de cormorán grande en las aguas continentales asturianas.

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