La sociedad de pescadores El Banzao, de Tineo, considera que la normativa vigente sobre pesca es discriminatoria porque divide a las sociedades en varias categorías y genera que algunos pescadores sean de primera y otros de segunda.

Una disposición del 12 de febrero de 1997 de la Consejería de Agricultura, gestora en ese momento de la pesca deportiva en Asturias, regula las normas que deben cumplir las sociedades de pescadores para ser consideradas colaboradoras de la Administración regional, lo que permite la participación de éstas en el denominado Consejo de la Pesca y les proporciona un descuento del 40 por ciento en el precio de los cotos. Para obtener tal consideración se les pide a las entidades solicitantes que dispongan de una capacidad de producción anual de 75.000 alevines de trucha o de salmón, junto con otra serie de requisitos generales, como tener más de 250 socios y carecer de afán de lucro, entre otros.

Los tinetenses aclaran desde el principio que no les obsesiona la idea de poder sentarse con voto (sólo consultivo) en el Consejo y que tampoco les preocupa el descuento en los cotos. Tan sólo quieren no ser menos que nadie y que se reconozca su trabajo.

Pablo Osendi, representante de El Banzao, asegura que «esto no puede seguir así, estamos hartos y nos sentimos engañados y defraudados por el trato recibido por parte de la Viceconsejería de Medio Ambiente y la Dirección General de Biodiversidad y Paisaje del Principado de Asturias». Osendi denuncia que algunas sociedades «han puesto todo tipo de pegas para que El Banzao fuese una más. No nos valen palmaditas en la espalda y buenas palabras. En el Consejo se perdió una buena oportunidad para definirse claramente. No está de más recordar que algunas asociaciones allí presentes han recibido notables cifras de dinero procedentes de fondos públicos para construir su piscifactoría y poder cumplir con los requisitos exigidos».

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