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Un aeródromo para cazadores de alto poder adquisitivo

Un aeródromo para cazadores de alto poder adquisitivo

Enviado por Guadalajaradiario.es el 03-05-2017

La construcción de un aeródromo en Fuentelencina empezó a gestarse en 2013. El Ministerio de Agricultura ha dado luz verde a la declaración de impacto medioambiental pero el proyecto tiene todavía mucho camino que recorrer: licencias, recalificaciones....El siguiente paso será comprar los terrenos para instalar el aeródromo, aunque sus dueños, agricultores de Alhóndiga, no están por la labor. 
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Los cazadores con alto poder adquisitivo que habitualmente van a cazar a la finca de Anguix, en Guadalajara, podrán llegar en avión a las puertas de la explotación. Ese parece ser uno de los fines del nuevo aeródromo de Fuentelencina. Una instalación que está promoviendo la empresa Explotación Agropecuaria Anguix SL, la misma que gestiona esa explotación dedicada a la caza de lujo.

Fuentelencina-aeropuertoUna imagen de Fuentelencina y los campos donde se quiere construir el aerodromo./ Foto: Aviación Digital 

La finca de Anguix, de más de 3000 hectáreas, fue adquirida en 2005 con el objetivo de instalar una explotación cinegética de lujo. La finca, que en la actualidad se encuentra totalmente vallada, está rodeada por el río Tajo y alberga en su interior el castillo de Anguix, una fortificación medieval declarada Bien de Interés Cultural (BIC), que se encuentra en estado de ruina.

El aeródromo de Fuentelencina será el complemento de esa instalación. Tendrá una extensión de cien hectáreas y contará con una pista de aterrizaje y despegue, de casi dos kilómetros. Se usará sólo durante el día y se estima que tendrá su mayor uso en invierno, coincidiendo con la temporada de caza, con un máximo de tres vuelos diarios. Los promotores esperan no molestar mucho a los vecinos y han estimado que el ruido del avión sólo se oirá durante unos dos minutos.

Todos estos datos y muchos más fueron puestos a disposición del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente en 2015 para obtener una declaración positiva de impacto medioambiental. Algo que, finalmente, se producía el pasado 12 de abril.

Pero la construcción de este aeródromo lleva ya cuatro años de recorrido. Fue en 2013 cuando los propietarios de la explotación cinegética iniciaron los contactos con el ayuntamiento de Fuentelencina. “La finca linda con el pueblo- señala el alcalde, Santos López-. Primero consultaron a AENA para ver si éste era un buen lugar para ubicarlo y tras una respuesta positiva, empezaron los trámites para conseguir el visto bueno al impacto medioambiental”.

Eso ocurrió en 2015. Desde entonces se ha pedido opinión a 30 organismos y asociaciones. Entre ellas están ocho ayuntamientos que lindan con Fuentelencina, asociaciones ecologistas, asociaciones de agricultores y distintas administraciones. Sólo cuatro presentaron matizaciones al proyecto. Una vez atendidas, Medio Ambiente dijo sí a la propuesta, pero con matices.

Visto bueno con condiciones

La declaración de impacto ambiental exige un cuidado especial con la flora. Será necesario quitar cinco encinas. El promotor se ha comprometido a replantarlas y a poner 25 más.

En el tema del patrimonio la Delegación Provincial de Cultura de Guadalajara ha pedido a la empresa que tenga cuidado con dos chozos que están identificados en la zona. Tendrán que señalarlos y balizarlos.

Además deberán realizar estudios para comprobar que se cumple la normativa de ruidos, estudiar periódicamente cómo afecta el aeródromo a la fauna de la zona y dejar conectado un camino, el de Alhóndiga, que atraviesa la finca y que si no desaparecería.

La declaración prevé también qué pasará en caso de que la instalación ya no se use y establece que habrá que demoler las instalaciones devolviendo el terreno a su estado original.

Además la resolución advierte que si el aeródromo se usa para algo distinto a lo concedido, tendrán que comunicarlo a la administración.

El proyecto ya ha pasado el trámite de la declaración de impacto medioambiental pero ahora ha encontrado otro problema: los dueños de los terrenos no quieren vender al precio que la empresa les ofrece.

La finca adonde irían los cazadores en la actualidad se encuentra totalmente vallada, está rodeada por el río Tajo y alberga en su interior el castillo de Anguix, una fortificación medieval declarada Bien de Interés Cultural (BIC), que se encuentra en estado de ruina. El aeródromo se levantará sobre 100 hectáreas de terreno, pero la mayoría de ese suelo, que está en término municipal de Fuentelencina, no es propiedad de la empresa, si no de 40 vecinos de Alhóndiga. Algunos no quieren vender y otros quieren un precio más alto.

Algunos dueños de los terrenos se sienten coaccionados

La empresa quiere pagar a los agricultores un euro por cada metro cuadrado de terreno. Con esas cifras la finca de Anguix se gastará, sólo en el suelo, un millón de euros. Pero los agricultores no están por la labor. Unos no quieren vender y otros consideran que ese precio es bajo.

José Luis Sánchez es uno de los agricultores afectados. Tiene diez hectáreas de terreno y asegura que no lo va a vender y menos por ese precio.

“A mí me contactaron hace un año, y les dije que no me interesaba, pero ahora han vuelto. A algunos agricultores les están engañando. – afirma José Luis Sánchez- Les están diciendo que si no venden se las tendrán que ver con la Administración, dando a entender que les van a expropiar”.

El revuelo es total y algunos se han puesto en contacto con abogados para ver si lo de la expropiación es posible.“Nos han dicho que eso no es cierto- cuenta este agricultor- porque no es un proyecto público, sino una iniciativa privada.”

José Luis Sánchez reconoce que el metro cuadrado de este terreno para usos agrícolas se está vendiendo a menos de 50 céntimos, pero defiende que nadie les puede obligar y menos coaccionarles: “es mi tierra y yo la vendo al precio que yo quiera, no al precio que él me diga. Cuando expropian pagan más que eso”.

José Luis todavía no sabe qué va a hacer. “De momento no voy a mover ficha, pero tengo claro que no será por esa cantidad. No sé lo que le voy a pedir. Él ofrece nada, pues yo pido mucho.”

Este agricultor se pregunta además cómo es posible que el alcalde de Fuentelencina sea juez y parte en este tema. Ya que, además de alcalde, es delegado de Agricultura en Guadalajara. Sin embargo, la declaración de impacto medioambiental no depende de él ni de la Junta de Comunidades. Según Santos López, “Castilla La Mancha no ha intervenido. Todo lo relacionado con aviación lo hace directamente el Ministerio de Agricultura.”

ubicacion. BOE

El proyecto de aeródromo ha salvado el obstáculo del impacto medioambiental, pero tiene todavía un largo proceso que cubrir. Además de alcanzar un acuerdo para comprar los terrenos, lospromotores deberán redactar el proyecto, el ayuntamiento tendrá que recalificar urbanísticamente los terrenos como proceda y dar los permisos municipales que se necesiten. “Todavía le queda mucho recorrido al proyecto- insiste el alcalde- No sé si tardará un año o medio. Depende de muchas cosas”.

El alcalde dice que la gente del pueblo no lo ve mal

Al margen de las polémicas la construcción de este aeródromo es una buena noticia para la comarca. Así lo ven otros alcaldes que consideran que cualquier proyecto que suponga inversión para la zona es bienvenido ya que puede atraer nuevos proyectos. Además los vecinos de Fuentelencina están contentos .”Yo creo que la gente del pueblo no lo ve mal- afirma el alcalde- mientras no haya muchos ruidos no habrá problemas y como está bastante lejos del núcleo de población no habrá molestias”.

Además en la comarca se convive con normalidad con la explotación cinegética de Anguix, una actividad que da trabajo a más de 60 personas de la zona durante la temporada de caza, que es la época de más actividad. “Ocho o diez de esos trabajadores son de Fuentelencina -señala el alcalde- Hay dos que trabajan todo el año”.

Un proyecto que crea puestos de trabajo pero que, según los ecologistas, también tiene su lado negativo. Según Fernando Santander, de Ecologistas en Acción, en Guadalajara es preocupante la vuelta a antiguas costumbres que suponen que espacios públicos sean disfrutados por unos pocos. “Se están imponiendo modelos en los que se tiende a la privatización de espacios que antes eran de uso público. Llegan empresas que compran terrenos de pueblos despoblados y los usan para cotos, levantando grandes vallas. Cualquier que se dé una vuelta por Anguix puede ver cual es la situación. Han puesto una valla tremenda, no se puede acceder al castillo a pesar de que es Bien de Interés Cultural…”

En Guadalajara ocurre lo mismo en otro espacio: Villaescusa de Palositos. “Un particular compró el pueblo y lo valló- cuenta Fernando Santander- Tiró todas las casas menos la iglesia, y levantó dos o tres viviendas que usan como alojamiento y comedor para cazadores. Los antiguos vecinos ahora no pueden pasar. Se está reproduciendo el modelo de Toledo, con grandes extensiones de caza privadas. Es legal- añade- Cumplen todos los trámites, pero quizá habría que pensar en cambiar la ley para evitar que esto suceda”.

 

FUENTE: http://www.guadalajaradiario.es


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