Pensar que una autovía, con vallas ambos lados, da más garantía de seguridad a los conductores es una teoría que tiene su fundamento. La realidad, sin embargo, se encarga de matizar o de tumbar esa expectativa, pues los jabalíes entran con frecuencia en vías de alta capacidad de la provincia y han causado accidentes.

La autovía Lugo-Santiago (A-54) aún no está acabada del todo, pero ya ha entrado en el grupo de vías de comunicación en las que los jabalíes provocan accidentes. El domingo por la noche, en el tramo que va de la entrada de San Pedro de Meixide (Palas) y la salida a Palas y a Friol se registraron dos accidentes: en el primero un coche que circulaba en sentido Lugo chocó contra uno de los cuatro jabalíes que invadieron la calzada por su izquierda; en el segundo, cerca ya de la medianoche, un turismo impactó contra un jabalí que apareció por su derecha.

El mismo día, aunque por la tarde, un coche que circulaba en sentido Lugo por la A-6 chocó contra un jabalí. El accidente tuvo lugar entre la salida de Outeiro de Rei y la del polígono de O Ceao, y en el accidente, en el que fue atropellado uno de los dos jabalíes que entraron en la calzada, la conductora del turismo sufrió diversas lesiones que le obligaron a ponerse un collarín.

Agujero en Vilalba

En Vilalba, en el tramo de la autovía del Cantábrico (A-8) comprendido entre la rotonda de Grandisca y la salida de Goiriz ha habido recientemente algún accidente. Hace varias semanas, un conductor residente en el municipio vilalbés atropelló un jabalí cerca de la citada rotonda, aunque resultó ileso. Era casi de noche, y al ver que los daños del coche no eran muy graves, optó por seguir circulando hasta la salida de Goiriz para evitar el riesgo de dejar el vehículo en medio de la calzada.

Sin embargo, los jabalíes parecen seguir merodeando por la zona., puesto que se han visto recientemente, después de ese accidente, agujeros en una valla cercana a la autovía. Entre el polígono de Sete Pontes y la transcantábrica hay una zona de abundante vegetación que parece facilitar la presencia de esos animales.

Entre Vilalba y Baamonde también se ha llegado a ver alguna vez cómo algún jabalí entraba en la calzada de la autovía, aunque sin que ese hecho hubiese llegado a causar algún accidente.

Por otro lado, también se han dado casos de rotura de vallas y de irrupción de animales en la calzada en el tramo de la autovía del Cantábrico que pasa por Castropol -en el occidente asturiano, nada más cruzar el Puente de los Santos- y en el que discurre por la comarca de A Mariña. Igualmente se han dado casos semejantes en una carretera nacional, la N-634, que es de uso obligado para conductores cuando la A-8 se cierra por niebla entre Arroxo (Lourenzá) y A Xesta (Abadín).

FUENTE: http://www.lavozdegalicia.es