Cientos de cazadores salieron ayer al campo con todas las incertidumbres de lo que pudiera deparar la jornada, ya que los vaticinios no auguraban nada espectacular, al menos en lo tocante a la perdiz. Sin embargo, los resultados se dieron con muy diferente fortuna, tanto en especies como en territorios. Hubo un resultado desigual según pisaran los cazadores zonas de regadío o zonas de secano.

Fue precisamente en los escenarios de secano donde se verificaron las malas perchas para las aves, achacables a los muchos meses de sequía que ha perjudicado seriamente la crianza de la especie, la disponibilidad de refugio para guarecerse y sacar adelante la prole y, asimismo, empobrecido la alimentación. Por si fuera poco, estas adversidades favorecieron la predación sobre las perdices de un gran número de animales.

Florencio Raposo, de Cañizo, salió ayer a estirar las piernas para la zona de la Reserva, único lugar que pueden cazar en el término, debido a que en la otra mitad no está permitida la práctica cinegética. Pudo comprobar la escasez de perdiz, que apenas se dejó ver. También fue un fracaso el caso del conejo, que en buena parte de la provincia se muestra en unos niveles desbordados. Según afirma, la poca población de conejo es debido a las actuaciones de descaste realizadas a consecuencia de los daños ocasionados en las fincas y en la agricultura. Afirma que en algunas operaciones de control «se han llegado a capturar hasta sesenta o setenta ejemplares», de modo que los cazadores han notado el castigo dado al roedor.

Un cazador posa con dos perdices conseguidas en una temporada anterior.  Foto L. O. Z.

En la zona de la reserva la liebre queda concedida a los galgueros que ayer tuvieron oportunidad de disfrutar de buenas carreras, aunque no fueran muchas las capturas.

Luis Ramos Espada, de Moreruela de Tábara, está entre los cazadores que ayer se presentó en casa satisfecho de las andanzas por el campo. Se presentó ante los suyos con tres perdices y dos palomas. En su criterio, la perdiz no está en los boyantes niveles de algunos años, pero no está mal. Considera que puede haber influido en su aceptable estado el hecho de existir regadío y agua en la zona. Además, hace referencia a una perdiz dura, que ha obligado a los cazadores a caminar por el campo.

También la liebre se dejó ver ayer corriendo sobre el terreno. Ramos Espada salió convencido de que los resultados no iban a ser tan positivos porque no habíamos visto polladas.

Los cazadores contaron con el acompañamiento de una buena jornada, fresca pero soleada, que les permitió deambular con sus perros durante toda la mañana y buena parte de la tarde.

Por lo que respecta a la zona de Sayago la primera jornada resultó «decepcionante». «Pocos conejos, perdices nada y alguna liebre» es el resumen que hace Manolo de la Fuente. Entre una decena de cazadores consiguieron una perdiz, cinco liebres y siete conejos. Pone de relieve que «ha sido un año muy seco y las especies no han criado bien». Además, al conejo le han afectado las lluvias «y desde hace 20 días se ha notado que ha sufrido la enfermedad. Se ven huellas viejas y no tiernas». También destaca De la Fuente el efecto que sobre las poblaciones cinegéticas tienen los predadores en una zona que está llena «de rapaces y de córvidos». Hace hincapié, asimismo, en la gran población de cigüeñas que acaban con las polladas. «Hay un exceso de cigüeñas y de águilas y la perdiz no tiene salvación. Se ven polladas de seis y cuando son grandes solo dos». Critica la falta de procuración de La Junta. «Con que paguemos le vale, lo demás no le preocupa nada» dice.

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