Miembros del Cuerpo de Agentes Rurales del Departament d'Agricultura de la Generalitat han interceptado en el término municipal de Lladurs (Solsonès) a dos cazadores furtivos. Ambas actuaciones, en días diferentes, se enmarcan dentro de un "operativo especial coincidiendo con la apertura de la veda del corzo macho", según ha informado la 'conselleria'.

El primer cazador fue localizado el 26 de marzo en una zona de cultivos mientras cazaba de noche (está prohibido) con un rifle semiautomático y con más proyectiles de los autorizados en su cargador. Además, hacía uso del arma en zona de seguridad (un camino de uso público). En el momento de los hechos, aún no había abatido ningún animal.

El segundo cazador fue interceptado el 9 de abril en una pista forestal del mismo término municipal. Se disponía a salir de una zona boscosa a última hora de la tarde, después de haber abatido furtivamente un corzo en un área privada de caza sin la autorización del titular de la misma.

Los Agentes Rurales intervinieron un arma y la cabeza de un corzo macho que llevaba dentro del vehículo. Además, el cazador no había colocado al animal el precinto obligatorio que acreditaría la procedencia legal del trofeo.

Sanciones y penas

Abatir un corzo sin autorización, o no ponerle el precinto obligatorio antes de moverlo del lugar donde se ha abatido, "puede comportar sanciones superiores a los 1.800 euros y la pérdida de la licencia de caza", insiste el Departament d'Agricultura. Además, cazar furtivamente en un área privada de caza sin el permiso del titular constituye un delito contra la fauna, que se puede castigar con una condena.

FUENTE: EL PERIÓDICO / BARCELONA