Un brote de sarna detectado en ejemplares de cabra montés en municipios de Tarragona próximos al macizo de Els Ports ha levantado todas las alarmas en la Comunitat Valenciana, principalmente en la provincia de Castelló, donde ya se ha establecido un protocolo de actuación para controlar la población de capra pyrenaica que hay en los montes de la Tinença de Benifassà. 

Un contagio masivo de sarna podría diezmar de forma notable esta especie y, además, podría incluso extenderse al ganado doméstico.

La alerta se produjo a finales del mes de enero cuando agentes rurales de la Generalitat de Catalunya confirmaron el hallazgo de dos ejemplares de cabra montés en el término municipal de la Horta de Sant Joan, en concreto en la montaña de Santa Bárbara, en pleno macizo de Els Ports de Tortosa-Beceite, en el que está integrada la Tinença.

La Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente organizó hace unos días una reunión informativa en Sant Mateu con los agentes medioambientales para establecer un protocolo de actuaciones y controlar el posible contagio de una enfermedad muy virulenta hasta el punto de que hace unas tres décadas arrasó hasta el 97 % de la población de cabra montés en Andalucía, en concreto en las sierras de Cazorla, Segura y las Villas.

Inspecciones

Los agentes medioambientales están trabajando ya en la Tinença de Benifassà para comprobar el buen estado de los ejemplares de cabra montés y evitar así una propagación que podría dañar a la población del ejemplar más preciado en el sector cinegético y cuya caza supone un empujón económico para numerosos municipios del interior de Castelló. La sarna sarcóptica está provocada por el ácaro sarcoptes scabei que afecta a la piel del animal, que tras secarse y provocar escamas acaba cayéndose y, finalmente, provoca la muerte del ejemplar. Es tan contagiosa que sólo con que las cabras montés se rocen es más que suficiente para propagar la enfermedad, incluso en animales domésticos o de granja, de ahí que las precauciones sean elevadas.

La población de cabra montés es, como recoge la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, el único ungulado silvestre de la Comunitat Valenciana que nunca ha llegado a extinguirse, aunque ha pasado también por etapas complicadas. En los años 60 del siglo pasado sobrevivían en la sierra Martés y Muela de Cortes, ambas en Valencia, y en el monte Turmell y la Tinença de Benifassà, en Castelló. Fue entonces cuando comenzaron a aplicarse una serie de medidas de control y conservación de la especie, marcadas sobre todo por la aprobación en 1966 de la Reserva Nacional de Caza de los puertos de Tortosa y Beceite „que integraba parte de la Tinença„, con una extensión cercana a las 30.000 hectáreas y, ya en 1973, con la Reserva de Muela de Cortes en 1973, con una superficie de 36.000 hectáreas. Fueron sin duda decisiones importantes ya que el número de ejemplares ha ido creciendo de forma significativa. 

Una especie en expansión 

Los censos a principios de los años 80 en los Puertos de Tortosa y Beceite eran de 3.000 ejemplares y en los años 90, ya fuera de la Reserva Nacional, se localizaron más de 2.000 en la Tinença y unos 200 en el entorno del macizo de Penyagolosa. La especie ha ido extendiéndose durante todos estos años por Castelló, hasta el punto de que se considera que las dos poblaciones de cabra montés en la C. Valenciana, la valenciana y la castellonense, han podido contactar a través de las comarcas de los Serranos y el Alto Palancia, de ahí la importancia de actuar en el control de la sarna.

Al margen del tema sanitario y del control de la enfermedad, una posible afección de la cabra montés podría suponer daños económicos para pequeños pueblos de interior para los que la caza supone un ingreso económico. 

En Castelló la caza fuera de la Reserva de los Puertos estaba limitada en los años 80 a una decena de ejemplares al año y ya con los cotos privados de caza mayor, aumentó a 160 ejemplares en los 90. Gracias a las medidas de control, la población ha ido aumentado y, por ejemplo, en la temporada 2010-2011, según datos de conselleria, ya se pudieron cazar hasta 670 cabras montés en Castelló y 653 en Valencia.

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