Comparándolo con temporadas anteriores, y en las zonas de montaña, ha sido un mal año para otra especie muy apreciada, la perdiz chocha o becada. La sequía que se ha padecido a lo largo de finales del otoño y comienzo del invierno no ha favorecido que las pintorras se instalen en la zona sur de la cordillera Cantábrica.

Tras la entrada en la luna llena de noviembre, parecía que iba a ser un buen año. No ha sido así, tal vez porque el invierno se ha retrasado y las «chochas» se han quedado más al norte. Al otro lado de la cordillera tampoco han tenido una buena temporada y así lo corroboran asturianos, vascos y cántabros, apasionados por este tipo de caza. Cotos en los que todos los años se mataba un promedio de sesenta o setenta becadas no han llegado a la docena.

La prueba mas evidente fue el campeonato autonómico, en el que tan solo se lograron abatir seis becadas. Además y en opinión de los expertos, cada vez entran mas tarde de forma que no sería extraño que estuviesen entrando ahora cuando ya se ha terminado la temporada. Algo parecido ha sucedido con las acuáticas que, tras un año bastante pobre, se han cazado bien en los últimos días de la temporada que acaba de finalizar.

Según informaciones de última hora la Comunidad Valenciana está permitiendo cazar el cormorán grande. En Castilla y León no es especie cinegética, aunque tampoco está protegida, un limbo legal que permite a este depredador campar a sus anchas por ríos y lagos de la comunidad.

Hace pocas semanas un bando bastante numeroso de estas aves estuvo varios días en el río Porma, por encima de Puente Villarente, destrozando los frezaderos sin que nadie tomara medidas al respecto. Autorizar la caza de esta especie invasora, en el sentido de que hace años no entraban desde el mar, contribuiría, si no a resolver el problema, si a atenuarlo. No es el cormorán un ave apreciada por sus cualidades gastronómicas pero no faltarían aficionados que lo pusieran en el punto de mira. En la albufera de Valencia ya se han organizado cuadrillas de tiradores que matan o cuando menos ahuyentan a los cuervos marinos, grandes consumidores de pescado. Tal vez los responsables políticos debieran tomar nota en vez de descargar todas sus medidas conservacionistas sobre el sufrido pescador de caña.

FUENTE: