Han pasado de ser especies protegidas a invasoras y el Ministerio de Medio Ambiente habla incluso de exterminarlas, aunque la concejalía de Sanidad aspira primero a controlar el crecimiento de las colonias y evitar que se conviertan en una plaga. Las cotorras de Kramer y argentina han proliferado en los últimos años por toda la ciudad y se han convertido en un auténtico problema, tanto por la degradación de los monumentos donde anidan como por el gran peso de las construcciones que hacen en los árboles y palmeras.

La concejala de Sanidad, Lourdes Bernal, adelantó ayer que el próximo mes se iniciará un censo de estos animales, localizando los lugares donde hay más nidos, además de fijar la estrategia para su control.

El hecho de que estén en el catálogo de especies invasoras facilita el trabajo, aunque Noé García, gerente de la empresa Lokímica, contrata para el control de plagas, indicó que no se puede hacer lo mismo que en el control de palomas.

«La destrucción de nidos no funciona como por ejemplo con las gaviotas. Enseguida hacen otro nuevo», subrayó. Por eso la retirada no sera la línea principal de ataque, excepto en los casos de la cotorra argentina, cuyas colonias son capaces de construir nidos con un peso superior a los cien kilogramos.

Entonces sí que se destruyen, tanto si se localizan en árboles como en palmeras. La campaña intensiva de poda y control de estas últimas especies en Valencia ha incluido también la retirada de los nidos.

La concejala socialista Isabel Dolz destacó ayer el incremento de la presencia de cotorras, donde citó como ejemplo edificios del barrio del Carmen y monumentos como la iglesia de los Santos Juanes. Vinculó esta expansión con los recortes del presupuesto municipal, aunque Bernal replicó que la partida no se ha modificado respecto al pasado año, con un gasto de 430.000 euros para el control de plagas.

Dolz dijo que los problemas acaecidos en las torres de Quart hace años podrían suceder de nuevo en otras zonas. La restauración del monumento se complicó por la presencia de numerosos nidos de cotorras.

Ahora, por el contrario, los dos tipos de cotorra predominantes están catalogados como especies invasoras. García destacó que la concejalía ha establecido contactos con la Agencia de Salud Pública de Barcelona, dado que en la capital catalana se ha iniciado también una campaña de control por el exceso de población.

En cuanto a la manera de atajar la plaga en Valencia, dijo que la retirada de huevos, además del control de los polluelos y capturas selectivas, son algunas de las alternativas que se barajan. Las cotorras encuentran en las palmeras datileras y en los campos de cultivo que rodean Valencia una despensa excelente para su desarrollo.

«Hay nidos que pueden llegar hasta los 120 kilogramos de peso», dijo García como ejemplo del enorme trabajo que hacen estos pájaros para proteger a sus polluelos. La presencia de la cotorra de Kramer es un caso casi único en Valencia, aunque esta variedad anida en los agujeros de los árboles y los huecos de las fachadas, por lo que perjudican tanto a los monumentos.

El control de aves en Valencia se ha centrado estos años en la población de palomas y tórtolas. El último censo habla de unos 40.000 ejemplares, donde la contrata retira huevos de los nidos, capturas aves y sacrifica a las enfermas para que no propaguen enfermedades.

FUENTE: LASPROVINCIAS.ES